Aunque la idea de crear una defensa se había planeado tiempo atrás, fue hasta el 4 de mayo de 1635 en que se expidió la Real Cédula para la creación de la Armada de Barlovento, cuando Rodrigo Pacheco y Osorio, marqués de Cerralbo, era el virrey de la Nueva España. Sus primeras tareas fueron perseguir a los piratas, escoltar a los buques de la flota y a los galeones comerciales, así como desalojar a los enemigos establecidos en las posesiones de ultramar. Pero pronto sus tareas se diversificaron y comenzaron a realizar labores como el traslado de salarios para edificar fortalezas, así como el dinero para el personal empleado en guerras defensivas. Incluso llegó a transportar a los condenados a trabajos forzados en las obras públicas del rey. (1)
Tabasco desde época muy temprana contó con un vigía en la barra principal como lo ordenaba el Rey: “Los puertos debían tener centinelas día y noche para avisar de una posible invasión”.
Por lo regular, eran sorprendidos o no estaban cumpliendo su deber y los piratas tenían paso franco. Para comprender el abandono en que se encontraba la provincia de Tabasco es importante saber que, “teóricamente la defensa naval del Caribe estaba a cargo de una escuadra de navíos de guerra cuya base se hallaba en las islas antillanas y a la que se conocía por el nombre de ‘Armada de Barlovento’. Su principal misión consistía en patrullar las rutas marítimas utilizadas por los españoles y mantenerlas limpias de piratas y buques enemigos”. Poco servía para tan extensa zona, a veces escoltaba a las flotas, pero nunca se supo que auxiliara oportunamente la zona de Campeche, Tabasco o el Presidio del Carmen ante una embestida pirática. (2)
La Armada de Barlovento sobrevivió hasta el siglo XVIII en que sus funciones comenzarían a declinar, al igual que el Imperio español, pero gracias a documentos resguardados por el Archivo General de la Nación podemos conocer un poco de su historia, de sus dificultades, de la manera en que operaban y de todas las pequeñas tareas que le fueron encomendadas durante su periodo de operación. Recordar aquellos tiempos de galeones y piratas también es hacer memoria sobre las raíces mismas de nuestra nación. (3)
Fuentes:
1.- Memórica de México
2.- Ruiz Abreu, Carlos (1989) Comercio y milicias de Tabasco en la colonia. Villahermosa, Tabasco. Instituto de Cultura de Tabasco. P 4
3.- Ibidem