El Sr. Juan D. Villarello, geólogo e ingeniero, en un artículo que publicó en “El boletín del petróleo” de julio de 1916, escribió: “Hace unos treinta años se comenzaron a perforar pozos en el estado de Tabasco, con el objeto de buscar petróleo. Estos primeros pozos se localizaron en las cercanías de Macuspana y son conocidos con el nombre de “pozos Sarlat”,” por haberlos mandado hacer el señor Simón Sarlat, que fue gobernador de aquel estado. El petróleo que se obtuvo de esos pozos fue de magnífica calidad y alta graduación, pero la producción fue pequeña, debido a la poca profundidad que alcanzaron. El más profundo llegó a 174 metros y cortó seis distintas capas petrolíferas.
En 1905 S. Pearson’s Sons, Ltd., que formó después la compañía mexicana del petróleo el Águila S.A. dio principio a perforaciones poco profundas entre Macuspana y san Fernando. Estos pozos confirmaron la presencia del petróleo crudo en la región”. (1)
PEARSONS AND SON LIMITED
La compañía inglesa Pearson and Son Limited inició sus actividades con la adquisición de los terrenos del ex gobernador del estado, Simón Sarlat, en San Fernando del municipio de Macuspana, mediante la celebración de contratos de arrendamiento para comenzar, por primera vez en Tabasco, la exploración geofísica del suelo, la explotación del subsuelo, y la perforación de los primeros pozos petroleros de reconocimiento, no productivos.
Entre 1903-1910 se firmaron los contratos de arrendamiento entre la señora Amada Dueñas de Sarlat y la Pearson, de 713.7765 hectáreas de los predios llamados: “Sarlat”, de 499.80 has., el “Tortuguero”, de 171.1812 has., las haciendas “San Antonio” y “San José”, de 21.3976 has. cada una.
El primer sitio fue adquirido de esta forma: una ⅓ parte al señor Díaz y Sala el 8 de mayo de 1905; y ⅔ partes a la señora Amada Dueñas de Sarlat, el 1 de julio de 1910, con estos linderos: al norte, con terrenos nacionales; al sur con la Laguna de Acumba y el Arroyo Santa Ana; al oeste, con los predios de Manuel López Garrido, de José Jesús Rovirosa y terrenos nacionales; y al oriente, con terrenos de Eugenio Chablé. El segundo, el de la Rivera de El Tortuguero, de 171.1812 hectáreas, integrado por dos fracciones de una caballería de superficie cada una, con sus respectivos linderos; la primera: al norte con Ventura Hidalgo y Juan Zacarías; al sur con Pascual Vázquez; al oriente con Ventura Hidalgo; y al poniente con Fernando Garrido; la segunda: al norte, con Pablo Zacarías; al sur, con Pascual Vázquez; al oriente, con Ventura Hidalgo e Inés Reyes; y al poniente, con el señor Sarlat y Juan Zacarías.
La empresa petrolera pagó $ 10,000.00 pesos oro nacional (p. o. n.) a la Sra. Dueñas por el contrato de arrendamiento de esos terrenos, además de una renta anual de otros $ 10,000.00 pesos.
De 1903 a 1923, se cavaron un total de 23 pozos en este orden: la Pearson and Son Limited perforó 16 entre 1903 y 1910, mientras que la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila solamente siete, de 1915 a 1923; de ahí que el concepto de pozo petrolero haya ido evolucionando, desde el hecho primigenio de explorar el espacio, el señalamiento del lugar para enterrar el taladro e iniciar la perforación, hasta visualizarlo como una unidad de producción petrolera de la forma como se expone enseguida.
En torno al área del pozo se empezó a producir un movimiento novedoso de gente extranjera y extraña, de nuevas máquinas desconocidas por los pobladores, del brillo de la luz eléctrica en la oscuridad de las noches milenarias, de las mismas habitaciones con comodidades diferentes a las de los nativos; es decir, nuevas formas de vida, de conducta, trabajo y comportamiento, aparecían en esos lugares inhóspitos y escondidos en la espesura de la selva y del bosque.
La Pearson primero rentó y después compró los terrenos a la Señora Dueñas; en general los demás eran pagados a precios irrisorios, que provocaba otra dosis de inconformidad entre los dueños, ante el desconocimiento del negocio petrolero y la impotencia para devengar una mejor paga del contrato y las regalías. Para el inicio de labores, el representante local de la Compañía integró su equipo de trabajo con personal técnico y de apoyo como ingenieros, topógrafos, sismógrafos, geólogos, paleontólogos, dinamiteros, observadores, barreneros, sus ayudantes y algunos aprendices, niveladores, tenedores de libros, oficinistas, cabos, brecheros, instrumentistas, caballerangos, cocineros, recamareros, mozos, cadeneros, vigilantes, motoristas, calderos, peones y hasta hortelanos.
Algunos campamentos, se transformaron en prominentes campos, rancherías y pueblos que posteriormente originaron villas, y ciudades, como: la ranchería Vernet y Ciudad PEMEX surgieron de esos campos en Macuspana; Villa Benito Juárez en Cárdenas, del campo Sánchez Magallanes; Villa la Venta, en el municipio de Huimanguillo, de ese campo, etc..
Entre las edificaciones del campo petrolero se destacaban: la oficina central de la compañía con sus anexos, las habitaciones de empleados y peones, las instalaciones adecuadas para el funcionamiento y operaciones de máquinas y equipos, los talleres de herrería y carpintería, las bodegas y almacenes para la guarda y conservación de herramientas, materiales, equipos y máquinas de perforación y las caballerizas.
Los pisos, como semi palafitos ad hoc, se levantaban a 1.30 m. sobre el nivel del suelo para evitar las inundaciones y turbonadas, la humedad tropical y el contacto con ciertas alimañas de la región, como víboras, culebras, roedores, etc.
Las casas de los peones eran galerones con techo de palma o de lámina acanalada de acero, paredes y pisos de madera, aunque algunas veces carecían de estos últimos; ahí moraban los peones, mozos, cadeneros, calderos, caballerangos, vigilantes y brecheros. Los cobertizos o tejabanes, sin paredes y con pisos de tierra, eran propios de las instalaciones de la casa de máquinas, calderas, bombas, la del generador de electricidad, de los talleres de herrería y carpintería, y de las caballerizas “para mulas americanas”, se aclaraba; ya que las mulas del país se mantenían a la intemperie; curiosamente, hasta en ese detalle los ingleses manifestaban su tendencia discriminatoria, social y animal. El campo Sarlat, además de contar con los medios de comunicación como el teléfono, telégrafo, los caminos y sus puentes para Macuspana, también de tanques de madera y de hierro para agua y aceite.
El campo Sarlat ha quedado registrado como el primer campo petrolero construido en el estado. (2)
LA COMPAÑÍA MEXICANA DE PETRÓLEO «EL ÁGUILA»
La Compañía Mexicana de Petróleo El Águila surge de la expansión de la primera empresa petrolera extranjera que se fundó en México, la Cía. Pearson and Son Limited de Londres, el 20 de abril de 1900, en pleno auge desarrollista del porfiriato, propiedad del señor Weetman Dickinson Pearson.
El 31 de agosto de 1908, Dickinson Pearson, con los señores John Benjamin Body, Thomas Joseph Ryder y William Edward Sayer, constituyeron la empresa de responsabilidad limitada, llamada “Compañía de Petróleo El Águila, S. A.”.
Al año siguiente de la fundación, el 22 de mayo de 1909, le aumentaron al nombre original el gentilicio “mexicana”, quedando para la posteridad como se conoce, “Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, S. A.” También se estableció que La Compañía tuviera su domicilio en la Ciudad de México, la dirección postal de la casa matriz quedó ubicada en las calles de Patoni, números 1 y 2 o Avenida Juárez números 92 y 94, y en Humboldt, números 421, 427 y 431.
En el señor Pearson enajenó y traspasó a la recién creada Compañía de Petróleo El Águila, sin reserva ni limitación alguna, por vía de la aportación social, todas las propiedades muebles e inmuebles de la empresa Pearson and Son Limited, ubicadas en los estados de Tabasco, Veracruz, Chiapas y Campeche, relacionadas con las actividades de la exploración y producción del aceite fósil, consistentes en contratos, concesiones, bienes, derechos y franquicias, todos ellos adquiridos y poseídos desde 1900, relativos con la producción, refinación y comercialización del oro negro y sus derivados provenientes de la Refinería de Minatitlán fundada en 1906.
A partir del 1 de enero de 1911, después de haber concluido el proceso de entrega-recepción de los bienes muebles e inmuebles de la Pearson, la nueva empresa buscó consolidarse basados en tres líneas de acción: en el otorgamiento de mandatos o comisiones a delegados de la Compañía; el incremento de campos petroleros para la exploración, perforación y producción; y la distribución de combustibles, básicamente de gasolinas, creando una red de gasolineras a nivel nacional.
El Águila entre 1919 y 1921 llegó a explotar 35 campos, con un total de 151 pozos perforados y una producción de 13,098,558.725 m.³ de petróleo, a lo largo de la Cuenca del Golfo de México.
La exploración petrolera que llegó a ser la punta de lanza de la penetración del fenómeno petrolero en la cuenca, desde Tampico en el noreste hasta Campeche en el sureste, a través de los estados de Veracruz y Tabasco.
El equipo consistía en torre de perforación con su plataforma, los malacates, ganchos, coronas, la mesa de la rotatoria, mangueras, cables de acero, cribas vibradoras, zapatas y cuellos flotantes, las barrenas y sus vástagos, las tuberías, cables, cadenas, poleas y cabrestantes; cuando todos estaban preparados, iniciaba la perforación ante el inspector de la Secretaría de Fomento en el lugar previamente señalado, aplicando el sistema de perforación llamado rotatoria común. En cuanto a la maquinaria, se hacía hincapié en los trenes portátiles Decauville o Kopell, las calderas, las bombas con motores de combustión interna, los generadores de energía eléctrica, tractores, chalanes y lanchas.
La horadación de pozos comenzaba después que la Secretaría de Fomento otorgaba la concesión; pero si los trabajos no empezaban durante los seis primeros meses de la concesión, el contrato quedad insubsistente y la empresa tenía que revalidarlo ante la citada dependencia federal para poder continuar.
La exploración profunda o geológica, estaba dirigida al conocimiento de las formaciones estratigráfica para descubrir las formaciones que contenían hidrocarburos, mediante la perforación de pozos profundos, o de pozos de reconocimiento o exploratorios, no productivos; pero frecuentemente estos últimos resultaron productivos, como sucedió con el 1-A, el Núm. 9 y el Núm. 15 del Campo Sarlat, de San Fernando, Macuspana, en Tabasco.
La empresa desaparece cuando se realiza la nacionalización del petróleo en marzo de 1938 el General Lázaro Cárdenas del Río.
La compañía inglesa Pearson and Son Limited inició sus actividades con la adquisición de los terrenos del ex gobernador del estado, Simón Sarlat, en San Fernando del municipio de Macuspana, mediante la celebración de contratos de arrendamiento para comenzar, por primera vez en Tabasco, la exploración geofísica del suelo, la explotación del subsuelo, y la perforación de los primeros pozos petroleros de reconocimiento, no productivos.
Entre 1903-1910 se firmaron los contratos de arrendamiento entre la señora Amada Dueñas de Sarlat y la Pearson, de 713.7765 hectáreas de los predios llamados: “Sarlat”, de 499.80 has., el “Tortuguero”, de 171.1812 has., las haciendas “San Antonio” y “San José”, de 21.3976 has. cada una.
El primer sitio fue adquirido de esta forma: una ⅓ parte al señor Díaz y Sala el 8 de mayo de 1905; y ⅔ partes a la señora Amada Dueñas de Sarlat, el 1 de julio de 1910, con estos linderos: al norte, con terrenos nacionales; al sur con la Laguna de Acumba y el Arroyo Santa Ana; al oeste, con los predios de Manuel López Garrido, de José Jesús Rovirosa y terrenos nacionales; y al oriente, con terrenos de Eugenio Chablé. El segundo, el de la Rivera de El Tortuguero, de 171.1812 hectáreas, integrado por dos fracciones de una caballería de superficie cada una, con sus respectivos linderos; la primera: al norte con Ventura Hidalgo y Juan Zacarías; al sur con Pascual Vázquez; al oriente con Ventura Hidalgo; y al poniente con Fernando Garrido; la segunda: al norte, con Pablo Zacarías; al sur, con Pascual Vázquez; al oriente, con Ventura Hidalgo e Inés Reyes; y al poniente, con el señor Sarlat y Juan Zacarías.
La empresa petrolera pagó $ 10,000.00 pesos oro nacional (p. o. n.) a la Sra. Dueñas por el contrato de arrendamiento de esos terrenos, además de una renta anual de otros $ 10,000.00 pesos.
De 1903 a 1923, se cavaron un total de 23 pozos en este orden: la Pearson and Son Limited perforó 16 entre 1903 y 1910, mientras que la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila solamente siete, de 1915 a 1923; de ahí que el concepto de pozo petrolero haya ido evolucionando, desde el hecho primigenio de explorar el espacio, el señalamiento del lugar para enterrar el taladro e iniciar la perforación, hasta visualizarlo como una unidad de producción petrolera de la forma como se expone enseguida.
En torno al área del pozo se empezó a producir un movimiento novedoso de gente extranjera y extraña, de nuevas máquinas desconocidas por los pobladores, del brillo de la luz eléctrica en la oscuridad de las noches milenarias, de las mismas habitaciones con comodidades diferentes a las de los nativos; es decir, nuevas formas de vida, de conducta, trabajo y comportamiento, aparecían en esos lugares inhóspitos y escondidos en la espesura de la selva y del bosque.
La Pearson primero rentó y después compró los terrenos a la Señora Dueñas; en general los demás eran pagados a precios irrisorios, que provocaba otra dosis de inconformidad entre los dueños, ante el desconocimiento del negocio petrolero y la impotencia para devengar una mejor paga del contrato y las regalías.
Para el inicio de labores, el representante local de la Compañía integró su equipo de trabajo con personal técnico y de apoyo como ingenieros, topógrafos, sismógrafos, geólogos, paleontólogos, dinamiteros, observadores, barreneros, sus ayudantes y algunos aprendices, niveladores, tenedores de libros, oficinistas, cabos, brecheros, instrumentistas, caballerangos, cocineros, recamareros, mozos, cadeneros, vigilantes, motoristas, calderos, peones y hasta hortelanos.
Algunos campamentos, se transformaron en prominentes campos, rancherías y pueblos que posteriormente originaron villas, y ciudades, como: la ranchería Vernet y Ciudad PEMEX surgieron de esos campos en Macuspana; Villa Benito Juárez en Cárdenas, del campo Sánchez Magallanes; Villa la Venta, en el municipio de Huimanguillo, de ese campo, etc..
Entre las edificaciones del campo petrolero se destacaban: la oficina central de la compañía con sus anexos, las habitaciones de empleados y peones, las instalaciones adecuadas para el funcionamiento y operaciones de máquinas y equipos, los talleres de herrería y carpintería, las bodegas y almacenes para la guarda y conservación de herramientas, materiales, equipos y máquinas de perforación y las caballerizas.
Los pisos, como semi palafitos ad hoc, se levantaban a 1.30 m. sobre el nivel del suelo para evitar las inundaciones y turbonadas, la humedad tropical y el contacto con ciertas alimañas de la región, como víboras, culebras, roedores, etc.
Las casas de los peones eran galerones con techo de palma o de lámina acanalada de acero, paredes y pisos de madera, aunque algunas veces carecían de estos últimos; ahí moraban los peones, mozos, cadeneros, calderos, caballerangos, vigilantes y brecheros. Los cobertizos o tejabanes, sin paredes y con pisos de tierra, eran propios de las instalaciones de la casa de máquinas, calderas, bombas, la del generador de electricidad, de los talleres de herrería y carpintería, y de las caballerizas “para mulas americanas”, se aclaraba; ya que las mulas del país se mantenían a la intemperie; curiosamente, hasta en ese detalle los ingleses manifestaban su tendencia discriminatoria, social y animal. El campo Sarlat, además de contar con los medios de comunicación como el teléfono, telégrafo, los caminos y sus puentes para Macuspana, también de tanques de madera y de hierro para agua y aceite. (3)