Descubrimiento
Manuel Gil y Saénz fue un presbítero que descubre el petróleo en Tabasco.
Manuel Gil y Sáenz, petróleo, tabasco, macuspana
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DESCUBRIMIENTO DEL PETRÓLEO

Transcripción del escrito delPresbítero Manuel Gil y Saénz sobre cómo descubrió el petróleo:

«Breve reseña histórica de cómo descubrí la mina de petróleo o gas que esta cerca del pueblo de San Fernando, perteneciente a esta municipalidad de Macuspana.

Pues bien; Yó Manuel Gil y Sáenz, era cura de Macuspana desde el 15 de mayo de 1856, día que recibí el Curato del padre Don Paulino Méndez: entonces vine con mi mamá y mis hermanos a vivir a Macuspana. Administraba a la Cabecera, San Carlos, San Femando y Tepetitán, con todas sus riberas y la finca «El Tinto», que yó bendije la Hermita del Tinto.

Pues como se celebra en Tepetitán a la Virgen de la Asunción el 15 de agosto, yó iva todos los años con tiempo a celebrar la tiesta con su novena. El año de 1863, me fui a Tepetitán a empezar la novena, tenía yó tres dias de estar allí, cuando el 10 de agosto muy temprano recibí carta de mis hermanos que estaban en Macuspana, avisándome que yo me fuera pronto pues mi mamá estaba grave y temía el médico Don Eusebio Troconis que sucediése algo grave : inmediatamente monté a caballo y vine solo pero al llegar a San Fernando pensé mejor pedir allí un guía que me condujese por el «Cacahuatalillo», que es camino mas corto a Macuspana y no dar la vuelta por San Carlos.

Así fué, le pedí a los jueces de San Fernando. un hombre que me condujese por el Cacahuatalillo, me lo dieron a pié, é íbamos andando cuando derrepente mi caballo metió los pies en una materia como alquitrán, inmediatamente, me bajé y me agaché, coji con las manos aquella materia, la olí, la examiné y comprendí que había yo por casualidad descubierto una mina de gas, me encaré con mí gula y le dije¿ Que es esto ? pero el indio, pálido y asustado me contestó, yo he perdido el camino, no es este, vamos perdidos por distracción lo he dejado atrás, entonces le dije, pues regresemos a buscarlo y yo a pié jalando mi caballo y con mi machete iba haciendo en los árboles mis picadas y señales para que no se me per­diera la vía que conducía a la mina que acababa yo de descubrir; por supuesto que aunque yo le interrogué varias veces al indio ¿Que era aquello? me contestaba que no lo sabía.

Apenas llegamos al boquerón que conduce al Cahuatalillo, monté y seguimos camino, serían las doce del día cuando llegamos a la finquita «San Antonio» que está a 7 kilómetros de Macuspana, entonces le dije a mi guía, de aquí puedes regresarte para tu pueblo, yo ya conozco este camino pues de aquí voy al Jobo y del Jobo pasando por el puente del arroyo de ese nombre paso por enfrente de San Joseito de allí al Paraíso y del Paraíso a mi casa. El indio se despidió de mí y se fué y yó a paso veloz llegué a mi casa pensando como encontraría a mi mamá, pero Dios quiso que yo encontráse a mi mamá sentada en la sala ya sin fiebre, inmensa fué mi alegría.

Como yo tenía la cabeza caliente con el descubrimiento de la Mina, al otro día muy temprano día 11 de agosto de 1863, monté caballo, llegué a San Fernando y le dije a los jueces y noxschies que me llevaran a la mina pero se negaron, diciéndome que el que iba allí se volvía un saco de sal, que era eso un encantamiento, que ni milpas hacían por ese lugar, que era del Bruio Chujílba. que yo fuera. Por supuesto que algunos de ellos lo sabían pero guardaban el secreto de una manera religiosa. Entonces monté a caballo y les dije; pues yo voy solo, arrendé mi caballo y empezé a andar. Estará de la Plaza de San Fernando a la mina como tres y medio kilómetros, a poco andar encontré tas picadas que había yo hecho el día antes y empezé a caminar, cuando he ahí la mina.

Yo que estaba examinando el lugar cuando una porción de indios con velas encendidas se me presentaron diciéndome que me querían mucho, pero que me iba yo a volver un saco de sal, les contesté, no sean inocentes si yo soy tata padre y Dios me manda que yo examine esto. Asi que ya los vi mas mansos y quietos, le dife hagan unas coas de palo para abrir una zanja o pozo y verán Udes. cosas que nunca han visto. No querían, pero yo les dí el ejemplo y entonces abrimos una zanja de dos metros de largo por una vara de ancho (que hasta hoy está ahí), como a la hora empezé a llenar latas y cantaritos, reuní como seis latas de petroleo ese dia.

Alisté un cayuco que me costó una onza $ 16.00 y se las envié a don Juan Ruiz al otro día diciéndole que había encontrado una mina de gas y que entre él y yo la denunciáramos al Gobierno para tener la pro­ piedad. Pero don Juan me contestó que yo no podía denunciarla pues era Excmo. y que los sacerdotes no podían denunciar minas, te contesté que eso sería en España pero que en México héramos Ciudadanos y podíamos, se contentó con mandar mis latas a Nueva York en su bergantín el San Juan.

Naturalmente le contestaron que el precio a lo mas seria de tres centavos el kilo. El se olvidó del negocio y yo pobre no pude denunciarla. Pero se llegó la Noche Buena llené latas e iluminé mi Yglesia y las calles de Macuspana, aún existen gentes que se acuerdan de ello, así en todas las festividades iluminaba yo el pueblo y todos decían que lo cojía de mi mina que tenia en San Fernando, hasta tu abuelo Don Justo Santa Ana le mandé una a dos latas de petróleo para curar sus cayucos.

En fin estuve haciendo mil pruebas químicas para poder refinar y dar gas para de allí sacar dinero para que yo la denunciara, quien me ayudaba en estos trabajos era Don Domingo Mandujano. Por último le heché a perder un alambiquito a Doña Ana Rovirosa que me dió por prestado, que lo trajo de los Estados Unidos Don Pedro Morty, y mi mamá por mas que labó el alambiquito con agua calitente, legia, limones, naranjas, cenizas, cal, no se le quitó el tufo y asi con grave verguenza se lo regrese a Doña Ana, pero no me llevó nada, yo estaba apenado, pero ella y Claudia me dijeron que no tuviese cuidado que con gusto me lo dieron.

Así estaban las cosas cuando me hicieron Vicario In Cápite y tuve que irme con mi familia a San Juan Bautista (1) y dejé el negocio.

Estando en San Juan Bautista, que con el recargo de mi Vicaria ni podía yo hacer la denuncia, entonces el Líe. Carrillo, fué a Macuspana a un litigio de Juzgado y algunos amigos le preguntaron ¿ Que tal nuestro antiguo Cura Don Manuel y hoy Vicario, está bueno ? Carrillo les contestó, que estaba bueno y muy querido del pueblo y de la buena Sociedad, entonces ellos contestaron, también nosotros lo hemos querido y lamentamos que se haya ido dejando la mina, a Carrillo te movió la curiosidad y preguntó que mina y de que era y ellos le dijeron que era de gas pues con su aceite o petróleo iluminaba el frente de la iglesia y de las calles de Macuspana. Entonces Carrillo le escribió al Dr. Sarlat hijo que estaba de Senador en México que preguntara en el Ministerio si ya habían denunciado la mina y que si que la denunciara entre los dos: la denunciaron, formaron una sociedad y luego se la vendieron a la sociedad inglesa de Pearson and Son.

 

He allí que hoy la están trabajando dicha Cia. y yo me quedé diciendo, MIREN QUE CASO, MIENTRAS ELLOS CHUPAN, (2) YO ESCUPO.

 

San Carlos, marzo 12 de 1908

Firmado. Manuel Gil y Sáenz. Rúbrica.

 

(1). Hoy Villahermosa, por decreto dado en la Ciudad de Teapa el 3 de febrero de 1916, por el Gobernador Preconstitucional General Francisco J. Mújica.

(2). El verbo chupar lo emplea como sinónimo de fumar.

Fuentes:
 
  • Álvarez Reyes, Valdemar (1989). Pbro. Manuel Gil y Sáenz: Descubridor del petróleo en Macuspana. Asesoría de Investigaciones y Asuntos Culturales. Dirección de Educación, Cultura y Recreación. H. Ayuntamiento Constitucional Macuspana, Tabasco (1989-1991).