El Pozo / Ch’en
Noj ch´en o el pozo en lengua yokot´an, se construía en el solar de cada familia chontal
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CH’EN EL POZO ARTESANAL YOKOTÁN

Placido Santana Hernández, Historiador y Cronista yokot´an de Centla

A pesar de ser Tabasco una cultura del agua, era necesario que cada familia yokot´an, tuviese acceso directo a este, pues antes no existía (y en algunas comunidades aún no existe o no llega), el agua potable. Por lo que el yoko yinik se las ingenió para obtener del subsuelo tabasqueño este líquido importante, cuentan los ancianos chontales de la reserva de la biosfera de los Pantanos de Centla, que antiguamente solo se escarbaba un pocito justo al lado del a fuente, ya sea una laguna, un arroyo o un río, y de allí se obtenía el agua.

Por lo regular, noj ch´en o el pozo en lengua yokot´an, se construía en el solar de cada familia chontal, crónicas arcaicas relatan que para este proceso se tenía que pedir permiso al yumka´ (dueño de la tierra) para escarbar la tierra y encontrar agua, se hacía esto, cuentan los ancianos chontales, para que diera permiso para extraer agua, por eso se le dejaba un cherajbuk´a (ofrenda), y este ser sobrenatural al que respetaban los chontales, otorgaba lo que se le pedía

Para construir un pozo artesanal, el yoko yinik escarbaba de dos a tres metros de profundidad hasta que hallara agua, de allí levantaba unos muros redondos o cuadrados con ladrillos, se hacia un brocal y se esperaba que el agua tomara su nivel, posteriormente se le echaba cal para desinfectar y aclarar el agua y con eso estaba listo el pozo para extraer tan importante líquido, pues afortunadamente bajo el subsuelo tabasqueño es abundante el agua.

El brocal del pozo tenía que ser hasta de un metro, para evitar que los niños pequeños cayeran al pozo y se ahogaran, en otras comunidades chontales de Tabasco, era costumbre echar agua bendita al pozo y sahumarlos para ahuyentar a los yunja´ (duendes de agua) y evitar que hicieran su morada en los pozos, por eso también habría que taparlos por las noches (Campos, 1988).

Una vez construido el pozo, la familia yokot´an podía disponer de agua para bañarse, lavar ropa y trastes, e incluso para beber y preparar alimentos. La contaminación de  el agua afectó después de la segunda mitad del S XX. La salud de la etnia.

Antropólogos que llegaron a Tabasco en los 80, para estudiar la etnia yokot´an, mencionaban que las condiciones higiénicas de los biberones, y en general de los platos y cucharas eran deplorables. Muchas veces estaban tirados en la arena del solar, se les daba una lavada con agua cruda de pozo y ya estaban listos para usarse. Es posible que a esta mala higiene se debían los frecuentes casos de gastroenteritis en los niños, muchas veces mortales (Inchaustegui, Las Márgenes del Tabasco Chontal, 1987).

Enrique González Pedrero, gobernador en los años 80, construyó plantas potabilizadoras para llevar agua higiénica y de calidad a los pueblos del estado. Sin embargo, en lugares donde aun no llega este servicio y en los días en que las que no se surte el preciado líquido, el tabasqueño en comunidades, aún utiliza el noj ch´en o pozo.

Fuente:

    1. Campos, J. (1988). El Lujo del Sol. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.
    2. Inchaustegui, C. (1985). Chontales de Centla. México D.F.: Gobierno del Estado de Tabasco.
    3. Inchaustegui, C. (1987). Las Márgenes del Tabasco Chontal. Villahermosa, Tabasco: Gobierno del Estado de Tabasco.
    4. Maimone Moroni, D. (2010). Relatos y Leyendas Chontales de Tabasco. México D.F.. Grupo Profesionales Gráficos de México.
    5. Ruiz Abreu, Á. (1985). Tabasco Una Cultura del Agua. México D.F.: Gobierno del Estado de Tabasco.