IBAM: EL PEJELAGARTO, SIMBOLO CULTURAL Y GASTRONÓMICO DE TABASCO
Cuando los primeros exploradores españoles llegaron a Centla, en nuestro actual estado de Tabasco hace más de 500 años, quedaron asombrados de encontrar lugares y animales nunca jamás imaginados, pues creyeron que, en estas zonas, habitaban todo tipo de criaturas raras nunca vistas en la vieja Europa, su asombro creció al ver armadillos al que llamaron encubertados, jaguares al que llamaron tigres y manatíes al que confundieron con sirenas.
La flora y la fauna de estos lugares, misteriosa e indómita, generó todo tipo de especulaciones y maravillas al conquistador que no se cansó de admirarlas, entre estos animales raros que los hispanos descubrieron, hubo especies que aún siguen siendo casi exclusivos de estas regiones, uno de ellos es el pejelagarto (Atractosteus tropicus) o Ibam en lengua maya yokot´an de Tabasco, su nombre alude a una extraña apariencia, su cabeza es semejante a un cocodrilo o lagarto y su cuerpo es de un pez, rara combinación de peces y saurios por lo que el tabasqueño popularmente lo bautizó como Pejelagarto.
Pescar el pejelagarto, era antiguamente todo un ritual sagrado para el yoko yinik tabasqueño, pues se le atrapa durante casi todo el año solicitándole permiso al yumja o dueño del agua para pescarlo, sobre todo en los meses de septiembre y octubre, la época de crecientes o inundaciones y es cuando la campería se inunda y saca a los ríos y lagunas, el alimento principal del pejelagarto, el topen. El pescador yokot´an sabe muy bien que en tiempos de turbulencia climática debe de tapar con hojas de plátano a los pejelagartos que lleva en el cayuco, pues según la creencia, la baba del pejelagarto atrae a los rayos o truenos.
Antiguamente mencionan los ancianos yokot´anob de la reserva de la biosfera en los Pantanos de Centla, se podían apreciar a enormes pejelagartos de casi 2 m. asolearse en los playones del pantano, también afirman que, en las profundidades de los ríos y lagunas, viven enormes pejelagartos que nunca ha sido pescados y que rara vez salen a la superficie. En tiempos lejanos, los pejelagartos abundaban en los ríos y lagunas de Tabasco, y solo se pescaban los pejes mas grandes, narran con tristeza los pescadores yokot´anob más ancianos, esos pejes tenían un sabor agradable, ahora pequeños pejitos son atrapados y solo se consiguen pejes de buen tamaño en viveros y granjas acuícolas, esos pejes ya no tienen el mismo sabor concluyen suspirando con nostalgia.
El pejelagarto es entonces, una de las referencias gastronómicas del pueblo tabasqueño, asado y acompañado de tortilla gruesa con chile mashito , en tamales o empanadas, la carne del pejelagarto es muy apreciada por su rico sabor tradicional, es un platillo típico que se debe degustar si visitas nuestro estado, en los altares de día de muertos, nunca debe de faltar entre las ofrendas a las ánimas, el popular pejelagarto asado, que además de darle un sobrenombre al tabasqueño, el pejelagarto es parte de nuestra cultura y tradiciones, es arte, es música y canción, como dijera Dora María, nuestra Chaparrita de Oro, el tabasqueño es como el pejelagarto, que siempre necesita un charco para chapalear.
Fuentes:
1.- Campos, J. (1988). Bajo el Signo de Ix Bolon. Villahermosa, Tabasco: Fondo de Cultura Económica.
2.- Inchaustegui, C. (1985). Chontales de Centla. México D.F.: Gobierno del Esatdo de Tabasco.
3.- Inchaustegui, C. (1987). Las Márgenes del Tabasco Chontal. Villahermosa, Tabasco: Gobierno del Estado de Tabasco.