Históricamente la planicie tabasqueña ha padecido inundaciones; en un principio la población ocupaba zonas altas pero la falta de ordenamiento y planeación urbana, la deforestación en cuencas y la construcción de grandes presas en el Grijalva para generar electricidad, han vuelto vulnerable a la población. Este es un breve recuento de algunas inundaciones de las que ha registrado la historia:
1579
En el siglo XVI, en 1579, cronistas españoles como Vasco de Rodríguez y Melchor Alfaro, dejaron escrito en sus memorias sobre Tabasco: “La tierra es anegadiza por causa de muchos ríos y por el continuo invierno que hay”.
1782
Uno de los acontecimientos más graves en la provincia de Tabasco sucedió en la segunda mitad del siglo XVIII. Las intensas lluvias y crecientes provocaron una inevitable tragedia que los pobladores llamaron “el Diluvio de Santa Rosa”, en virtud de que ocurrió un 30 de agosto de 1782. La riqueza fue arrasada: se inundaron las haciendas ganaderas introducidas con particular éxito, así como las plantaciones de cacao, por lo que muchas familias quedaron en la miseria. Francisco de Amuzquívar, el primer gobernador con título del rey que llegó a Villahermosa en 1780, poco pudo hacer para administrar la justicia en esas condiciones.
1868
En este año ocurrió una inundación que afectó los barrios de Santa Cruz, Mustal, Mayito y Curahueso, así como las calles del centro Nueva (Sáenz) y Progreso (hoy Lerdo), debido al desbordamiento de los arroyos del Jícar y Gusano, y la laguna La Pólvora.
1879
Las lluvias iniciaron el 15 y terminaron el 30 de septiembre sin parar, provocando que las calles se convirtieran en cuerpos de agua inundando a más de ochocientas casas. Además de Villahermosa, sufrieron afectaciones los municipios de Nacajuca, Macuspana y Tacotalpa, donde hubo pérdidas de cabezas de ganado vacuno, mientras que el poblado Oxolotán se inundó en su totalidad.
1844
En septiembre sucedió una inundación, que se complicó con un violento huracán estacionado en la zona del 17 al 20 de ese mismo mes, derribando árboles y 155 casas. Se dice que hubo fallecidos, dos barcos desaparecidos y pérdidas en ganado.
Rafael Domínguez narra en su libro Tierra Mía lo describe: «Tenía yo cinco años. Llovía a torrentes. Soplaban rachas huracanadas. En la alta noche, mis padres y yo estábamos despiertos. Y el vecino don Plácido González hacíanos compañía. Había pavor en los rostros, de cuando en cuando, un ruido estrepitoso nos aterrorizaba: era que de la iglesia catedral, a impulso del furioso huracán, caían las tejas del inclinado techo. Mis padres y don Plácido hablaban de la seguridad y resistencia de las paredes de la casa. Yo los seguía silenciosamente, pero empavorecido como ellos. Aquello fue el ciclón del 88, el famoso e inolvidable ciclón que produjo en Tabasco la inundación mayor que se tiene memoria. En aquella ocasión .-no sé si lo recuerdo porque lo vi o porque me lo contaron o porque así lo dice la tradición-, las aguas del Grijalva llegaron hasta la calle de Sáenz, hasta la falda misma de la Loma de la Encarnación.»
1927
Sobre esta inundación Manuel R. Mora escribió: “En año de 1927 asoló a Tabasco una gran creciente. Vivíamos en la calle de Juárez y la Plazuela Pasteur. Se inició el temporal y a medida que éste se desarrollaba, ascendía el nivel del río. Veíamos crecer el agua arrastrando árboles descuajados por el ímpetu de la corriente y cadáveres de animales que flotaban como lunares putrefactos en los que hundían los zopilotes sus picos voraces.
A cada momento me escapaba de mi casa para contemplar aquel espectáculo que me causaba un júbilo indescriptible. A los dos o tres días de haberse iniciado el norte, se produjo el desbordamiento del Grijalva. Poco después, los cayucos e incluso los barcos de la Compañía Platanera transitaban por el centro de la ciudad. Villahermosa era una extensa planicie líquida en la que los muchachos practicaban la natación a sus anchas.
Los niños disfrutábamos con el siniestro y las personas mayores sus consecuencias y las calamidades futuras. Son dos sentidos de la vida, dos concepciones irreconciliables. Si los hombres fueran como los niños, no envejecerían. Lo malo es que los niños llegan a ser hombres y dejan de ser niños. En la pérdida de la infantilidad radican las complicaciones y los problemas del mundo”.
1932 el rompido del Samaria (leer rompidos y diques) se da sobre la ribera izquierda del Río Mezcalapa, resultaron afectados los municipios de Jalpa, Nacajuca y Cunduacán.
Esta rotura causó una de las peores inundaciones que se han visto en La Chontalpa central. Al principio, el agua descargaba por medio de varios distribuidores del Mezcalapa, incluyendo el Río Cunduacán-Nacajuca que conduce a la Barra de Chiltepec.
“En 1932, se abrió el Rompido de Samaria, 10 Km al Noreste de Nueva Zelandia, que desvió las aguas del Río Mezcalapa hacia la Laguna de Campo Grande y pueblos de Cunduacán, Jalpa, Nacajuca, etc.; cegándose el Río Carrizal y desapareciendo el peligro de inundaciones para Villahermosa, pero creando graves problemas en los pueblos citados y en la zona agrícola de La Chontalpa. en la que quedaron casi improductivas 20,000 Ha que eran el granero de Tabasco”.
El desplome de las exportaciones plataneras afectó al sistema alimentario, desestructurando su funcionamiento puesto que esta situación involucró a sectores asalariados, impactó el transporte fluvial y marítimo, por lo que las plantaciones fueron utilizadas para la La situación se agravó con la aparición de una terrible epidemia de enfermedades hídricas, acompañada de disentería amibiásica, parasitosis y paludismo, que diezmaron a la población campesina produciendo muchas muertes, en particular de los niños en las rancherías del estado. (13)
Nota: Como consecuencia del desvío del agua, se inundó lo que desde entonces se conoce como la Olla de la Chontalpa, afectando a los municipios de Jalpa, Nacajuca y Cunduacán.
1936
En esta fecha las inundaciones causaron grandes daños, el gobernador Víctor Fernández Manero apuntó en su informe del año 1937: “En el primer trimestre de 1936 se erogó más del 50% de las partidas de gastos generales con motivo de las inundaciones que asolaron la entidad en octubre y noviembre, la agricultura y ganadería fueron dañados en forma considerable”.
1944
En 1944 llovía desde principios de septiembre, en la madrugada del 13 de septiembre las lluvias dañaron la pista del aeropuerto de Villahermosa. El día 20 la lluvia arreció sin interrupción y a una velocidad de 80 kilómetros entró un ciclón a Tabasco. Arrancó árboles del suelo, platanares quedaron en el suelo, al igual las milpas y enorme cantidad de árboles. En Huimanguillo, arrasó con la plantación de tabaco.
De cerca de 2, 000, 000 de cepas que había sólo quedaron 786, 000. Parte de las plantaciones de cacao y coco fueron destruidas y ganado que no pudo arriarse a las partes altas se ahogó. Los municipios más afectados fueron, Jalpa, Nacajuca y Cunduacán que fueron cubiertos por el agua. En la cabecera de Nacajuca, hubo muchas casas con el agua hasta el techo. Las calles se convirtieron llevaban corrientes de agua.
Muchas personas sobrevivieron en tapancos o sobre los techos de las casas y de las chozas que lograron sobrevivir a los torrentes de agua.
El Poder Legislativo Local aportó un día de sueldo por cada diputado y trabajador.
En la Ciudad de México el 4 de octubre, varios connotados tabasqueños se reunieron en la Notaría del licenciado Manuel Andrade Priego con el fin de constituir un comité de auxilio para los damnificados de Tabasco; entre otros, fundaron ese comité Manuel Bartlett Bautista, Clotario Margalli González y Horacio Brindis.
El Presidente del Partido de la Revolución Mexicana en el Estado (PRM), Manuel Antonio Romero Zurita (Gastón Lafarga) envió a cada uno de los comités municipales de ese Partido un telegrama pidiendo se organizaran bailes, kermesse y otros actos públicos o privados para colectar fondos para auxiliar damnificados.
Tras la inundación las enfermedades y epidemias. A partir de ese mes de noviembre se hizo obligatoria la construcción de fosas sépticas y a quien no acatara esa orden se le multaría.
1980
Fuerte lluvias iniciaron el 29 de octubre durante tres días sin cesar, provocando daños en los municipios de Centla, Teapa, Cárdenas, Nacajuca, Jalapa y Cunduacán; se reportaron derrumbes de puentes, deslaves de carreteras y daños a más de 20 mil viviendas.
1988
Según los registros hechos en la hemeroteca, en el año de 1988 las precipitaciones de hasta 641 milímetros dejaron un saldo de 7 mil damnificados, Centro fue uno de los municipios con más afectación. Entre las colonias anegadas estaban El Espejo I, El Espejo II, La Municipal, Indeco, 18 de Marzo y el fraccionamiento El Parque, por mencionar algunas.
1989
Para octubre de este año, durante 19 días se registró un acumulado de 609 milímetros de lluvia. Aunado a la falla de los cárcamos, Villahermosa quedó anegada.
1995
En esta fecha, con la llegada de los huracanes Opal y Roxanne al Golfo de México, se generaron precipitaciones de 622 milímetros y desbordes de ríos, arroyos, así como cuerpos lagunares, dejando un saldo de 36 mil 900 familias damnificadas, 159 casos de cólera, 29 mil 890 hectáreas de plátano y básicos anegados, mortandad de mil 192 semovientes, y 13 personas muertas.
1999
Durante el gobierno de Víctor Manuel Barceló, el frente frío número 7 registró un acumulado mensual de 696 milímetros tan solo en la capital tabasqueña, lo que generó incremento en los niveles de los afluentes, y en particular el río Carrizal desbordó y afectó gran parte de la zona de Tabasco 2000.
El saldo en todo el estado fue de 161 mil 521 afectados, 23 mil hectáreas de maíz y plátano anegados. La conjunción de las ondas tropicales 26 a la 30, la depresión tropical 11 y los frentes fríos 4 y 7, provocaron una fuerte precipitación y tres crecientes en los ríos de la región de la sierra, que se desbordaron en las inmediaciones de Villahermosa. Al final del mes de octubre, con la imposibilidad de cerrar la presa Malpaso para aliviar el almacenamiento en Peñitas, se abrieron compuertas inundando el centro de la ciudad.
Estas inundaciones motivaron la construcción de muros perimetrales en toda la capital y en las márgenes de los ríos urbanos en el año siguiente, así como la culminación del estudio de factibilidad técnica para la protección contra inundaciones de la cuenca baja del río Grijalva (Conagua, 2000), que más tarde evolucionaría al Programa Integral de Control de Inundaciones (PICI).
Entre la noche del 21 y 22 de octubre, los reos entraron a una bodega de los juzgados penales, donde además de encenderle fuego se apoderaron de varias cajas de licor y cervezas. Se suscitó una riña entre los reos dejando como resultado nueve muertos, los cadáveres y lesionados fueron sacados a bordo de lanchas.
De los mil 149 reos, 729 fueron reubicados en distintos penales. El director del penal, el Lic. Víctor Manuel Cabrera Guillermo, quien fue destituido de su cargo, siendo reemplazado por el capitán Jaime Unda López.
2007
Las inundaciones por el desbordamiento de siete ríos, principalmente el Grijalva y el Carrizal, que cruzan Villahermosa, producto de dos frentes fríos y el desfogue de la presa Peñitas, dejaron más de 500 mil damnificados en los 17 municipios de la entidad, un deceso y pérdidas del 100 por ciento en los cultivos.
Narra Ángel Vega en su libro “2007, la inundación en Tabasco”: «Miles de lugareños, entre hombres, mujeres y hasta niños, llegaron a la orilla del malecón, tanto del lado de la ciudad de Villahermosa como de la colonia Las Gaviotas, para ayudar en las labores de relleno de costales de arena para tratar de contener el agua.
Al atardecer del primero de noviembre todo estaba oscuro en el corazón de la ciudad, porque el suministro eléctrico se había interrumpido a causa de la inundación. El malecón hacía agua por todas partes y el Centro Histórico era una trinchera en guerra a punto de perderse.
El último fin de semana de octubre, los villahermosinos comenzaron a olvidarse de los preparativos del Día de Muertos y a inquietarse por la crecida del río Grijalva. El Grijalva ya había hecho esa mañana su primera invasión a la zona conocida como CICOM, dejando inundados el sótano del Teatro Esperanza Iris y el CEIBA, así como también la Biblioteca Pública José María Pino Suárez.
Los bancos y comercios junto al malecón ya no abrieron al día siguiente y el miedo se agudizó por la noche, cuando el Grijalva comenzó a filtrar por las viejas calles de Lino Merino, Constitución, Sánchez Magallanes y Bastar Zozaya. Para ese momento, el Parque Museo de La Venta sufría anegaciones por el desbordamiento de la Laguna de Las Ilusiones.
La tarde del miércoles 31 al alcanzar el Grijalva su altura más peligrosa, 6.81 metros, es decir, 1.57 metros arriba de su escala crítica, los del centro contemplaron un éxodo creciente que fue como un aviso de lo que a ellos les esperaba: familias enteras provenientes primero de Torno Largo, Coquitos, el Monal y Armenia y después, de más cerca, de San José. Gaviotas y La Manga, pasaban huyendo a pie o arriba de camionetas con las pocas cosas que salvaron hacia Atasta y las zonas más altas.
El Centro Histórico resistiría un día más, pero sucumbiría finalmente durante la noche del primero de noviembre cuando el agua alcanzó la calle de Pino Suárez, anegando el Centro Cultural Villahermosa. En menos de 24 horas se inundaría la parte del mercado Pino Suárez y alcanzaría las calles de Mina, Méndez, Madero, Juárez, Zaragoza, donde se ubican los parques de Juárez, La Paz, Corregidora y la plazuela del Águila, así como Del Sol, la Casa de los Azulejos y la Iglesia de la Santa Cruz. Ya nadie se acordaba de los Fieles Difuntos, todo tenía que ver con el agua.”
Respecto a Gaviotas, el 31 de octubre de 2007 Ángel escribe en su libro:
“En diferentes puntos del río los militares trabajaban apilando costales, pero a esa hora, aunque aún no lo sabían, ya era una batalla perdida.
A la una de la tarde se rompió el bordo y el agua comenzó a entrar sin recato, corriendo a través de las calles, entrando a las casas, destruyendo patrimonios, separando familias.
Los primeros en tener que abandonar sus hogares fueron los habitantes de los sectores Coquitos, Armenia y Monal. Cuando el agua les llegó a las rodillas se dieron por vencidos, rescataron lo que pudieron de sus pertenencias, agarraron a sus hijos y salieron huyendo.
Era un éxodo impresionante: decenas de personas tratando de alcanzar el puente solidaridad para acceder a las zonas más altas de la ciudad. Cuando el bordo que contiene la Laguna del Camarón fue rebasado, la anegación les cortó el camino a quienes trataban de huir en sus vehículos, dejando a su paso automóviles sumergidos en todas las calles.
Hubo zonas que se inundaron dos metros, cuatro y hasta siete metros. Por su alta densidad poblacional, su extensión geográfica y su importancia como núcleo poblacional cercano al centro de la ciudad. Gaviotas se convirtió en la zona cero de la catástrofe.”
Centro, 1 de noviembre, cortan energía.
Aproximadamente a las 4:15 de la madrugada se ordenó el corte de la energía en la zona del malecón, a la altura de la avenida Gregorio Méndez.
El miércoles, la situación se complicó aún más cuando al otro extremo de Villahermosa, al filo de las 7 de la mañana, las aguas del río Carrizal vencieron los costales de arena que servían de diques y anegaron 30 colonias ubicadas a orillas de su cauce, mientras el huracán «Stan» impactó al este.
Se desbordan siete ríos.
Los ríos Carrizal, La Sierra, Teapa, Samaria, Pichucalco, Viejo, Mezcalapa y Grijalva se desbordaron afectando el 80% del territorio tabasqueño. La presa “Peñitas” alcanzó aproximadamente 3.6 metros arriba de su escala crítica, por lo que tuvo que desfogar aproximadamente 2 mil 016 m3/s. La presa de “Malpaso” no tuvo necesidad de desfogue ya que permaneció por debajo de su capacidad de almacenamiento.
Se inundaron 670 localidades de los 17 municipios, que representaban 400 mil personas afectadas por la crecida de los ríos que rodean el estado. Algunos de los municipios que presentaron diversos grados de inundación fueron Centro, Nacajuca, Jalpa de Méndez, Jalapa, Tacotalpa, Cárdenas, Huimanguillo, Comalcalco, Paraíso y Centla. El 70 por ciento de la infraestructura de las escuelas, incluyendo su mobiliario, sufrió daños. Los municipios con mayor cantidad de escuelas inundadas fueron Cárdenas, Comalcalco, Centro, Cunduacán, Centla y Paraíso. En Villahermosa algunas de las zonas afectadas fueron el parque Tabasco, el museo Papagayo, Bosques de Saloya, Brisas del Carrizal, Flores del Trópico, La Selva, el fraccionamiento Téllez Girón, La Pera y El Cedro. Asimismo, fueron damnificados habitantes de Jiménez, El Tigre, Sandial, Lomitas, Samarkanda, Sauces y el ejido Pino Suárez. Las colonias más afectadas por la cantidad de viviendas dañadas fueron Gaviotas y La Manga, donde el agua alcanzó alturas de hasta 4 metros. El río se levantó hasta por 1.5 metros por arriba del nivel de la avenida Carlos A. Madrazo.
De acuerdo a un informe de la CEPAL en Tabasco no hubo muertos, pero sí en el vecino estado de Chiapas, donde un cerro se derrumbó y sepultó una pequeña comunidad, con un saldo de varios muertos.
El agua también llegó a regiones donde habitaban personas de clase media alta y a la exclusiva zona de Tabasco 2000 –donde se localiza una parte de la zona hotelera.
En la capital, las inundaciones también llegaron al parque Museo de La Venta –donde las colosales cabezas talladas por los olmecas fueron cubiertas hasta la mitad por el agua–, a la biblioteca pública del estado José María Pino Suárez y al museo regional de antropología Carlos Pellicer Cámara, lo mismo que a centros de recreación y escuelas.
Muchas familias de las colonias Gaviotas y San José, cuyas casas estaban semicubiertas por el agua al otro lado del río Grijalva, desde las azoteas de las viviendas pedían ayuda para que las desalojaran en lanchas. Otras familias se negaban a dejar sus hogares por miedo a los saqueos. Unas 20 mil personas fueron trasladadas a albergues, cuya capacidad fue sobrepasada, por lo que algunos damnificados tuvieron que pernoctar en parques, en su afán por buscar terreno más elevado.
Las fuertes corrientes anegaron las carreteras y era imposible el acceso por las vías procedentes de los municipios de Cárdenas, Nacajuca, Macuspana y Teapa, por lo que la capital quedó parcialmente incomunicada. Las inundaciones afectaron a 1.2 millones de personas -más de la mitad del total de la población de Tabasco-, las pérdidas fueron equivalentes al 29,3 por ciento del Producto Interno Bruto de Tabasco. Se consideró que la tragedia de la entidad podía compararse con la que sufrieron siete estados juntos por las afectaciones reportadas cuando los huracanes «Wilma» y «Stan» impactaron al este.
2008
Tabasco sufrió otra enorme creciente. En total, fueron 15 municipios los afectados por las inundaciones de septiembre y octubre de ese año.En Villahermosa, para evitar una situación similar a la de 2007, ante la inminencia del fenómeno, se alzaron costaleras tanto en el malecón de la ciudad, como en la zona conurbada.
CAUCE DE ALIVIO EL TINTILLO
El viernes 3 de octubre la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), abrió un canal a la altura de la colonia Aztlanes 1ª, que desfogó al río Grijalva, para evitar que éste rebasara la costalera que protegía la ciudad.
Este corte se realizó en donde el Grijalva hace su comba en la ranchería El Tintillo, del municipio de Centro. Se realizó canal de 150 metros de longitud y más de un metro de profundidad, para qeu agua se desviara a las lagunas Don Julián y Los Micos.
El trabajo tomó día y medio con once escavadoras que iniciaron el trabajo a medio día de ese viernes. La zona fue acordonada cordonada la zona por policías estatales, el Ejército y la Marina, debido a los enfrentamientos de las autoridades con los habitantes de la zona que se oponían a la realización de esa brecha.
Se dió la orden de retirar a los habitantes de ocho comunidades ya que las lagunas iba a desbordarse. Se afectaron al menos diez ejidos y 5 mil hectáreas de tierras agrarias, de pastizales y ganaderas. Desde entonces habitantes de los Aztlanes, El Tintillo, Barrancas y Guanal, José López Portillo, Cruz del Bajío y Corozal, entre otras viven en zozobra en época de lluvias.
EL MACAYO
El Macayo es crítico por la bifuración del Samaria y del Carrizal, ambos afluentes del Grijalva. La construcción de la compuerta de El Macayo, fue anunciada en 2009, durante el Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), en respuesta al desastre de 2007. Se invirtieron 1.100 millones de pesos (más de 80 millones de dólares) y se esperaba que concluyera en dos años, pero se inauguró en cuatro años con Enrique Peña Nieto (2012-2018) como mandatario. Organizaciones civiles denunciaron que la obra ya estaba contemplada desde la presidencia de Vicente Fox (2000-2006). Si se toma como base ese dato, su construcción se extendió por más de 11 años.
Tras las lluvias de 2007, el Gobierno de Calderón anunció 7.000 millones de pesos en ayudas para la reconstrucción de Tabasco a través del Fondo de Desastres Naturales, la Asociación Santo Tomás denunció que solo se ejerció una fracción de los recursos. Documentó también que entre los gastos erogados se encontró la construcción de una base para una estatua de Chico Ché.
El caso llegó hasta la Auditoría Superior de la Federación, que dictaminó en 2010 que la Conagua “no diseñó ni implementó el Plan Hídrico Integral de Tabasco de conformidad con la normativa y con las buenas prácticas de la administración pública”.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos responsabilizó en 2011 a la Conagua y al Gobierno del estado de Tabasco por no garantizar el derecho a la seguridad, la vivienda y a la salud de los afectados.
2020
La población se vio nuevamente afectada por dos grandes inundaciones en menos de 30 días.
s inundaciones ocasionadas por el frente frío número 4 y el aumento del desfogue de la presa Peñitas de más de 1750m3/s , lo que obligó al Gobierno del Estado a emitir el 02 de octubre una Declaratoria de Emergencia que incluía a los 17 municipios de la entidad en el acuerdo 3568 publicado en el Periódico Oficial del Estado.
Ante los señalamientos del gobierno del estado, la CFE tuvo que aceptar su responsabilidad por la inundación de grandes extensiones en el estado por su mal manejo de las presas.
El 30 de octubre. a causa de las lluvias extraordinarias que provocaron los frentes fríos 4, 9 y 11 Tapijulapa se inundó súbitamente, el agua llegó a dos metros de tirante, debido a los desbordamientos de los ríos Amatán y Oxolotán. En cuestión de horas, ese torrente impactó los afluentes aledaños a la capital. La noche del viernes, el agua del río inundó las cabeceras municipales de Macuspana y Jalapa, donde el tirante de agua alcanzó hasta un metro de altura en sus calles. Cientos de habitantes de comunidades aledañas fueron evacuados por elementos de la Marina.
Se registraron 800 mil personas afectadas, 200 mil 400 viviendas, 10 personas fallecidas, 511 escuelas dañadas, 2 mil 59 kilómetros de carretera estatal y municipal con daños, según el informe de Protección Civil.
LISTADO DE LAS INUNDACIONES MÁS SIGNIFICATIVAS EN TABASCO
1782 – Inundación en el “Diluvio de Santa Rosa”.
1829 – Diluvio Grande.
1868 – Lluvias continuas.
1879 – Villahermosa. Calle Juárez. 800 casas inundadas.
1886 – Nivel 13.71 msnm.
1888 – Ciclón inundó Villahermosa.
1889 – 155 casas inundadas, muertos y barcos desaparecidos.
1909 – Villahermosa. Calle doña Marina y Juan Álvarez. 2 mil 953 damnificados.
1912 – Se desbordó el río Grijalva. Tenosique, Cárdenas, Comalcalco, Cunduacán, Huimanguillo, Jalpa y Nacajuca fueron afectados.
1918 – Villahermosa. Calle Juárez, Zaragoza, Calle Lerdo y Sáenz.
1921 – Jonuta y Villahermosa.
1921 –Huimanguillo. Octubre, 1921.
1922 – Jonuta, 25 de enero; Tenosique, 14 de abril; Villahermosa, octubre-noviembre.
1927 – Villahermosa.
1927 – Tres cuartas partes del estado inundado, incluyendo Villahermosa, Huimanguillo, Tenosique y Tacotalpa.
1929 – Cunduacán, Huimanguillo, Nacajuca, Jalpa de Méndez, Teapa Villahermosa.
1930 – Jalapa, Balancán, Tenosique, Huimanguillo, Teapa. Octubre-noviembre.
1932 – Trece de los diecisiete municipios afectados. Noviembre.
1936 – Se desbordó el río Grijalva. Se inundó Tabasco, incluyendo su capital, Villahermosa.
1941 – Nacajuca.
1942 –Se inundan Cárdenas, Comalcalco, Cunduacán, Huimanguillo, Paraíso, Teapa, Tacotalpa, Macuspana, Emiliano Zapata, Balancán, Tenosique.
1943 – Se inunda Tacotalpa. Noviembre.
1944 – Se desbordaron ríos y lagunas. Paraíso. Octubre.
1944 – Cunduacán. Octubre.
1952 – Villahermosa.
1955 – Ciclón Janet. Villahermosa.
1969 – Se desbordó el río Grijalva.
1973 – Se desbordó el río Grijalva.
1980 – Precipitaciones históricas.
1995 – Opal y Roxanne.
1999 – Inundación de Villahermosa.
2007 – Gran inundación de Villahermosa, se desbordaron los ríos Grijalva y Carrizal.
2008 – Gran inundación en donde se hace una brecha que inunda la zona de los Aztlanes, el Tintillo, Barrancas y Gauanal.2010 – Inundación en Villahermosa.
2020 – Inundación en casi la totalidad del estado de Tabasco.
Fuentes