La primera misa en Tabasco se da el Domingo de Ramos del 17 de Abril de 1519, en la ciudad indígena de Tabasco, hoy ruinas de Comalcalco; el M. R. P. E. Bartolomé Olmedo, celebró una misa donde bautizó a las veinte esclavas indias regaladas á Cortés; poniéndosele a la Malinche el nombre de Marina.
Acabada la misa, se despidió Cortés del Cacique y de todos los indios principales, dejándoles la cruz y un pendón con la imagen de la Santísima Virgen de la Victoria o de la conquista.
EVANGELIZACIÓN
La evangelización sufrió serios tropiezos por la resistencia que manifestaron los indios durante un largo periodo; superficialmente se definían como católicos, pero en sus prácticas privadas adoraban a las deidades prehispánicas, que mantuvieron ocultas, e incluso algunos de ellos huyeron a resguardarse con sus ídolos en los bosques y en las selvas.
Durante 47 años no se realizó ninguna visita pastoral y es hasta 1622, la Audiencia de México a petición del rey, analizó la idea de crear un obispado en Tabasco, del cual dependerían la costa de Alvarado y la Chontalpa, sin embargo, la idea no prosperó.
El 11 de junio de 1682 el virrey Conde de Paredes decidió pasar a la Mitra de Ciudad Real las regiones de Usumacinta, Palenque y Tila.
Durante mucho tiempo el estado de Tabasco dependió, en lo civil y en lo eclesiástico, de Yucatán. Pero la distancia que separa el territorio de Tabasco en relación con Veracruz y Yucatán, hacía sumamente difícil su atención adecuada; por lo que Tabasco quedó sumergido en la sombra de la marginación y la falta de interés de las autoridades religiosas.
DIÓCESIS DE YUCATÁN
El territorio de Tabasco, fue centro de controversias entre los obispados de Chiapas y Yucatán, quienes disputaban el control por los diezmos que producía Tabasco. En 1527 nuestro estado pasó a formar parte de la Diócesis de Tlaxcala, posteriormente en 1539 perteneció al Obispado de Chiapas siendo parte en 1546 de la Diócesis de Guatemala cuando esta pasó a formar parte de la provincia eclesiástica de la Arquidiócesis de la Ciudad de México. Finalmente, en 1561 el territorio de Tabasco pasó a depender de la Diócesis de Yucatán, aunque la región de la Chontalpa en algún momento llegó a depender de la Diócesis de Oaxaca.
Durante 47 años no se realizó ninguna visita pastoral y es hasta 1622, la Audiencia de México a petición del rey, analizó la idea de crear un obispado en Tabasco, del cual dependerían la costa de Alvarado y la Chontalpa, sin embargo, la idea no prosperó.
El 11 de junio de 1682 el virrey Conde de Paredes decidió pasar a la Mitra de Ciudad Real las regiones de Usumacinta, Palenque y Tila.
Durante mucho tiempo el estado de Tabasco dependió, en lo civil y en lo eclesiástico, de Yucatán. Pero la distancia que separa el territorio de Tabasco en relación con Veracruz y Yucatán, hacía sumamente difícil su atención adecuada; por lo que Tabasco quedó sumergido en la sombra de la marginación y la falta de interés de las autoridades religiosas.
CONFLICTOS
Fray Bartolomé de las Casas, fue el primero que propuso se creara la Diócesis de Tabasco.
Durante los años de la Colonia existía mucha confrontación entre el poder civil y el eclesiástico, un hecho que ejemplifica esa oposición ocurrió en 1620, cuando el alcalde mayor propuso el traslado de Santa María de la Victoria a la villa a San Juan, que asumiría el nombre de Santa María de la Victoria la Nueva, para evitar que cayera en el olvido el nombre de la primera ciudad española en Tabasco. Pero el obispo de Yucatán, Gonzalo de Salazar, decidió inmiscuirse como civil y desobedecer el mandato del virrey.
En la ‘‘Relación Historial Eclesiástica de la Provincia de Yucatán de la Nueva España”, escrita en el año de 1639 por el Bachiller Francisco de Cárdenas Valencia, se hace la descripción de la Iglesia de Santa María de la Victoria que “es hecha de paja, cercada de cañas vi en el altar mayor un retablo del pincel y poca costa y a la banda del norte un colateral con un Cristo muy devoto, al otro lado está la imagen de María Santísima de bulto; tiene esta iglesia algunos ornamentos y cosas de plata pa ra su ministerio; asimismo tiene un beneficio, vicario electo, como los demás referidos, el cual tendrá, en la administración de este dicho pueblo de la Victoria, en vecinos muy pocos y en la gente de un pueblo que tiene sujeto sesenta y dos personas”, además tiene dos cofradías fundadas con antigüedad: la una es de Nuestra Señora, la otra de las Animas del Purgatorio.»
La fundación de conventos en Tabasco alrededor de 1680, mientras que en otras pares del país los propagadores del cristianismo hicieron sentir su presencia, en Tabasco pasaron muy de prisa, no hubo obra perdurable del catolicismo colonial en Tabasco.
El 16 de Diciembre de 1561 fue creado el Obispado de Yucatán, cuya jurisdicción abarcaba hasta la provincia de Tabasco; antes de una manera virtual lo había estado a la diócesis de Tlaxcala.
La rebelión de los tzeltales en 1712 puso de manifiesto la religiosidad de los indios de la región, porque el hecho coincidió con la supuesta aparición, en el pueblo de Cancuc, de una virgen que, según la población, anunciaba el fin de la opresión española. La advocación al Cristo negro de Tila, de probable procedencia guatemalteca, era ya una costumbre previa que atraía a múltiples peregrinos. El “tumulto” provocado por la mencionada anunciación, sin embargo, terminó con el ahorcamiento y el destierro de varios de los involucrados por parte del gobernador Joan Sánchez Andrés, quien recibió críticas por no haber consultado a las instancias correspondientes, pero no tuvo mayores consecuencias para él.
En 1727 corrieron rumores de habría una rebelión en la cual estaría implicada la misma virgen, “aparecida” ahora en Bachajón. Se aumentó la vigilancia sobre los indios. Sin que la revuelta se desatara, varios de ellos fueron llevados al presidio de la isla del Carmen, y sus bienes, que incluían haciendas de cacao, fueron confiscados por los españoles.
Durante el siglo XVIII pocos clérigos permanecieron en Tabasco, y los obispos de Yucatán, a cuya diócesis pertenecía esa provincia, la visitaban muy poco. Los reclamos de la población por el maltrato y los abusos de los religiosos, que sometían al indígena para que trabajara en sus haciendas, lo obligaban a pagar diezmos y aranceles, y aun abusaban sexualmente de las mujeres; eran la constante.
Es hasta el establecimiento de las capellanías, que se organiza la religión. Destacan las iglesias de Jalapa y Teapa, y en 1776 se crea la ermita del Señor de Esquipulas en San Juan Bautista. El Cristo negro fue llevado a la región por el obispo Diego de Peredo, quien murió en 1775 cuando estaba de visita en la provincia.
DIÓCESIS EN TABASCO
José Eduardo de Cárdenas y Romero, el 24 de julio de 1811, presentó ante la Corte de Cádiz, España, el documento Memorias en favor de la Provincia de Tabasco y posteriormente colaboró en el documento: Exposición de motivos de la guerra de independencia, en la que exponía la situación de abandono de la provincia de Tabasco y en la que por este motivo, protestaba contra las autoridades virreinales y mostraba las posibles soluciones. Solicitaba en el documento la independencia de Tabasco frente al Obispado de Yucatán, ya que el hecho de que Tabasco dependiera de Yucatán perjudicaba grandemente a los tabasqueños, debido a que las autoridades yucatecas se llevaban los recursos económicos dejando a la provincia en el abandono.
Una de las personas que más trabajó con la finalidad de fundar el Obispado de Tabasco, fue el presbítero Manuel Gil y Sáenz, quien durante su gestión fundó un colegio con sus propios recursos, y reconstruyó muchas iglesias entre las que destacan la de Tepetitán, la de la villa de Macuspana y la de la Concepción en el barrio de la Punta, y se fundó la de Santa Cruz en el barrio del mismo nombre, estas dos últimas en San Juan Bautista. Igualmente realizó gestiones ante las autoridades eclesiásticas con el objeto de lograr el Obispado para Tabasco.
Es así, que el 25 de mayo de 1880, su santidad, el Papa León XIII erigió la diócesis en Tabasco, nombrando obispo a Vicente de Paul Andrade, como premio a las gestiones realizadas en favor del obispado, sin embargo, no aceptó por «humildad». Es hasta 1882 que es elegido el primer obispo de Tabasco, Don Agustín de Jesús Torres Hernández, miembro de la congregación de la Misión. De esta forma, el 12 de febrero de 1882, la iglesia parroquial de Esquipulas en San Juan Bautista fue erigida en catedral.
El territorio que abarcaba la Diócesis tabasqueña era el formado por el estado de Tabasco, más otros territorios que en ese entonces pertenecían a la Diócesis chiapaneca, como Pichucalco, Palenque, Rosario, Pueblo Nuevo, Amatán, Sabanilla, Yajalón, todo el territorio habitado por los lacandones hasta la línea divisoria con el departamento de Comitán, la ciudad de Chilón, y los pueblos de Bachajón, Pueblo Viejo y El Real.
En su primera Carta pastoral, en 1898, el tercer obispo de Tabasco, Francisco Campos, mientras elaboraba un plan para fortalecer la presencia de las parroquias y del clero en las comunidades indígenas, a través de actos religiosos y compraventa de terrenos, reconocía la presencia de muchas formas de resistencia cultural por parte de las cofradías locales que necesitaban ser reguladas. Sobre todo parecía preocuparlo la necesidad de introducir formas de control de la acción de los feligreses laicos en las comunidades indígenas.
Y como tarjeta de presentación para facilitar esta nueva obra evangelizadora, en línea con los dictados de la iglesia mexicana en el cambio de siglo, el obispo de la joven sede episcopal propuso apoyarse al modelo devocional guadalupano:
“¡Cuántos obstáculos se opondrán en nuestro camino! ¡Cuántas decepciones! ¡Cuántas lágrimas! Ya lo comprenderemos, pero fiamos en la protección de Dios nuestro Señor, en cuyas benditas manos Nos hemos puesto desde que Nos anunció nuestra promoción al episcopado… Fiamos en la maternal protección de la Noble Indita del Tepeyac, la inmaculada de México, la protectora especial de nuestra patria, cuya maravillosa aparición, confesamos, y cuyo celestial retrato veneramos como celestial prenda de la misma madre de Dios”.
GARRIDISMO
Tomás Garrido Canabal, desde que fue gobernador interino, el 13 de diciembre de 1919 tomó una de las medidas más radicales sobre reglamentación de los cultos al limitar el número de sacerdotes a uno por cada 30 000 habitantes. Recuperaba también los antecedentes del paso de Múgica por Tabasco, quien entre otros actos irreligiosos hizo alojar a su batallón en la catedral de Esquipulas.
Febrero de 1925 fue el mes de inicio de la persecución religiosa en Tabasco. Se ordenó cerrar todos los templos y se expulsó a los sacerdotes católicos que vivían y oficiaban en la entidad, entre ellos, Sebastián Guerrero (canónigo) y los presbíteros Manuel González, Trinidad Reyes, Ramiro Ponce. Los enemigos de Garrido, dada esta persecución, atacan con fuerza en los diferentes Congresos, así como en los principales periódicos de la capital del país.
En 1925, Garrido limitó a seis el número de sacerdotes que podían oficiar los servicios religiosos y dio todo el apoyo a la creación de la Iglesia Católica Apostólica Mexicana. La Catedral de Esquipulas pasó a ser escuela racionalista y posteriormente la biblioteca “Francisco Ferrer Guardia.”
En 1928 se recrudece la persecución religiosa en la entidad a consecuencia del asesinato del general Álvaro Obregón, el 17 de julio, en la capital del país.
Estos acontecimientos coinciden con el inicio la de demolición de la catedral de Villahermosa, la antigua iglesia del Señor de Esquipulas. Todo lo que de religioso había al interior de la misma, así fue presa del fuego. Quizás la pieza más valiosa fue la de la Virgen de la Victoria, obsequio del conquistador Hernán Cortés, de la que se ignora sul paradero.
Se prohibieron todos los escritos que hicieran alguna referencia a Dios. A tales extremos de intolerancia y fanatismo irracional se llegó, en el intento de desterrar cualquier signo de religión. Muchas personas fueron asesinadas en ese tiempo en especial en el Pueblo de San Carlos (Hoy Villa Benito Juárez) donde se llevó a cabo una matanza donde murieron aproximadamente 20 personas y otras fueron heridas.
En ésta época se prohibieron todos los escritos que hicieran alguna referencia a Dios. A tales extremos de intolerancia y fanatismo irracional se llegó, en el intento de desterrar cualquier signo de religión. Muchas personas fueron asesinadas en ese tiempo en especial en el Pueblo de San Carlos (Hoy Villa Benito Juárez) donde se llevó a cabo una matanza donde murieron aproximadamente 20 personas y otras fueron heridas.
En diciembre de 1928 irrumpen en Villahermosa los grupos antirreligiosos integrados en los “Camisas Rojas”, cuya misión y función principal era la de combatir a la religión católica en la entidad y, de ser posible, fuera de Tabasco, como se pudo apreciar más tarde.
En 1929 la legislatura local dispuso que sólo se autorizaría un ministro del culto católico por cada 100 000 habitantes. El gobernador títere que le siguió, Ausencio C. Cruz, decretó que las rancherías, villas y pueblos que detentaran nombres religiosos debían cambiarlos por nombres de héroes nacionales o locales.
Tomás Garrido tomó protesta para un segundo periodo como gobernador constitucional el 1 de enero de 1931. La persecución religiosa siguió activa y se derrumbaron templos. El fervor revolucionario de Garrido se reflejó en los nombres de sus hijos, Lenin y Zoila Libertad (salvo su hijo mayor Felipe); además tuvo una sobrina llamada Luzbel. Inclusive tenía una granja con animales llamados Dios, Papa, María y Jesús. En Tabasco, se organizaron obras satíricas burlándose del Papa y los obispos.
RECONSTRUCCIÓN
Por fortuna, cuando Tomás Garrido dejó la gubernatura, no todos los edificios para el culto fueron demolidos, se conservaron los templos de Cupilco, Jalpa de Méndez y Chichicapa cuyos antecedentes datan del siglo XIX, o el Templo de las Mirandillas, en Cunduacán, cuyo origen se remonta al siglo XVIII.
ACTUALIDAD
El regreso de las instituciones católicas en Tabasco se dio a finales de los años cincuenta. En 1959 se fundó el templo de la «Iglesia Apostólica», al parecer srgió cuando un predicador presbiteriano trabajaba en Agua Dulce Veracruz y se convirtió trayendo la ideología al estado y anexándose cuarenta almas.
En 1967 llega Tabasco el nuevo Obispo Don Antonio Hernández Gallegos quien enfrentó la dificultad que atravesó la diócesis en su periodo, la obra de construcción de la catedral iniciada a principios de los 60’s le pareció pesada pero decidió continuarla.
Mientras la iglesia católica invertía en hacer construcciones ostentosas, los protestantes fueron penetrando en la región y extendiéndose como en el caso de los Pentecostés denominados «Monte Horas» que surgió en 1969 cuando un ministro al estar trabajando en Cocohital, Comalcalco, fue convertido a este credo y a su regreso trabajó y fundó la casa de adoración de esta organización religiosa.
En 1970 surgieron los bautistas con el templo denominado «EL sendero de la Cruz», su iniciador originario de Cárdenas Tabasco, trabajaba en una compañía petrolera.
En 1973 apareció otro grupo religioso con arraigadas tradiciones judías que intentan cumplir, como no comer algunos anímales, y guardar el sábado, su labor evangelizadora se inició cuando un pastor de Comalcalco empezó a realizar reuniones en su casa, posteriormente fundó el templo.
La iglesia católica seguía nombró a un nuevo obispo, Rafael García González, quien realizó un fuerte trabajo pastoral, aumentó considerablemente el número de sacerdotes y religiosas, además dio inicio a las operaciones del seminario mayor de Tabasco.
En 1973 apareció otro grupo religioso con arraigadas tradiciones judías que intentan cumplir, como no comer algunos anímales, y guardar el sábado, su labor evangelizadora se inició cuando un pastor de Comalcalco empezó a realizar reuniones en su casa, posteriormente fundó el templo.
La iglesia católica seguía nombró a un nuevo obispo, Rafael García González, quien realizó un fuerte trabajo pastoral, aumentó considerablemente el número de sacerdotes y religiosas, además dio inicio a las operaciones del seminario mayor de Tabasco.
En 1979 se creó otro grupo conocido con el nombre Bautista «El divino Salvador», una derivación del sendero de la cruz, formado por sesenta miembros que desertaron de este.
Hacía los 70s y 80s aparecieron los primeros testigos de Jehová en el estado de Tabasco; es bien sabido que no se considera una iglesia, pero tienen sus propias costumbres e ideas como organización religiosa.
En 1986 nacieron dos nuevos grupos que fueron la ‘Asamblea de Dios» y los «Espiritualistas» que se concentraron mayoritariamente en la Chontalpa y en el Centro.
El 11 de mayo de 1990, Tabasco recibió la visita de su Santidad, el Papa Juan Pablo II. El pontífice fue recibido en esa ocasión por el entonces gobernador del estado Salvador J. Neme Castillo y el obispo Rafael García González. En su visita, el santo padre bendijo la primera etapa de la construcción de la catedral y dirigió un mensaje a los enfermos de México, también exhortó a los habitantes a no separarse del camino de la iglesia y trasmitirlo a las futuras generaciones.
En el 2010, el 65% de la población en Tabasco era católica, con una enorme proliferación de grupos religiosos, alrededor de 134 entre Pentecostales, Séptimo Día, Bautistas, Presbiterianos, Asambleas de Dios, Primera Iglesia Bautista Independiente Jesús El Buen Pastor, Testigos de Jehová, Luz del Mundo y Adventistas entre otros.
Para 2017 se sumaban 174 religiones diferentes en el estado. En 10 años las asociaciones religiosas pasaron de 35 a 174, lo que significa un crecimiento de más del 300 por ciento, producto de un «florecimiento de la fe» sin importar la religión, llevando a Tabasco a ser junto a Chiapas los dos estados con menos católicos.
Las religiones con mayor crecimiento en Tabasco de acuerdo al INEGI en esa fecha eran la Protestante/ Pentecostal/ Cristiana/ Evangélica con 411 mil 277 integrantes, de los cuales 53.8 son mujeres, y 46.2 por ciento son hombres; Adventista del Séptimo Día 87 mil 411, de los cuales 54.1 por ciento son del sexo femenino y 45.9 del sexo masculino; otra de las religiones que ha tenido un crecimiento es la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones) con 4 mil 691 miembros activos.
Otra más son Testigos de Jehová que de acuerdo al INEGI alcanzaron los 33 mil 437 ciudadanos que la profesaban, de los cuales 56.2 por ciento eran mujeres y 43.8 hombres.
Fuentes: