Uno de los elementos más representativos de un pueblo además de su gastronomía, lengua, relatos es su forma de vestir. El vestuario expresa la identidad de un lugar.
Por lo general su uso se enfoca en las condiciones del clima y creencias y se pueden diferenciar en el caso de los grupos étnicos en dos tipos principalmente: cotidiana o para eventos de realce como fiestas, aunque es necesario de notar que estas vestimentas en muchas ocasiones eran producto de ciertas épocas o periodos históricos.
En México gracias a nuestro mestizaje se ha provisto de una pluralidad de trajes típicos que permiten identificar fácilmente una etnia, región o entidad.
Tabasco es reconocido a lo largo y ancho de nuestro país por el vestuario de diario o florado, sin embargo, no es el único. El pueblo yokot´an o chontal de Tabasco es la etnia más representativa de Tabasco a lo largo del tiempo ha sido referente en la historia y la cultura del estado. Es el pueblo indígena que enfrentó la conquista y vivió cambios drásticos a lo largo de periodos como la colonia o el garridismo.
En la época prehispánica se sabe del uso de prendas como los enredos para las mujeres y taparrabos para los varones, con la llegada de los colonizadores estas prendas se fueron modificando y se transformaron en faldas o faldones adornados en su parte inferior con olán o arandela y como implementos el delantal o paliacate para proteger su enagua. Se describe por varios autores que lucían su pecho descubierto, así como accesorios a base de semillas y madera dando vida a soguillas que lucían al cuello; su cabello en trenza rematada con cinta y andaban descalzas. Por su parte los varones utilizaban una camisa de manta por lo general de manga larga y la cual llegaba a la cintura, así como un calzón del mismo material, muchas veces este llevaba unas cintas que se ataban cuando iban al campo. Otro complemento era el sombrero, paliacate, morral rustico y los cactes. Esta vestimenta fue la de uso diario y la que predomino a lo largo del tiempo. Aun a finales del siglo pasado las mujeres mayores usaban su vestimenta tradicional a quienes se les denominaba como las ultimas chontales.
Un dato poco conocido es que se tenían vestimentas para fiesta es decir exclusivas y con ciertas características que se utilizaban para las ferias o fiestas patronales de la comunidad. Dichas prendas eran consideradas de lujo por el gasto que implicaba la tela, así como los adornos que la componían.
En los pueblos indígenas de Nacajuca y Jalpa de Méndez se empezaron a utilizar telas como la zaraza de gran colorido estampada con flores o listas. Esta sustituyo la primera enagua blanca que paso a ser el “juxtan”. La falda se adornaba con el tradicional volante y alforza. Otro elemento es la utilización de camisetas o blusas de manta blanca llamada “buk” y ricamente bordadas con motivos naturales en diversas puntadas al igual que el delantal. La blusa es parecida a la que utiliza la mujer mestiza de tabasco solo que llevaba una extensión de dicho bordado en mangas y al frente de la misma con motivos florales al que se le llama “peto”.
Sin embargo, el lugar que conservo el vestuario festivo es Tamulté de las sabanas ubicado en el municipio de Centro donde el profr. José Roldan Guerrero García sea encargado de seguir promoviendo y preservando estos vestuarios.
Las mujeres elaboraban su falda o “pik” con tela de tafeta, su confección era a base de un rectángulo y en la parte superior lleva una jareta que servía para adaptarla a su portadora. La falda se adornaba con olanes los cuales eran rematados con encaje. En la parte superior los elementos que la enriquecían eran cintas y alforzas. Debajo lleva su “sak pik” o juxtan con adornos de encaje y alforza.
Su blusa era adornada con cintas bordadas en lomillo alrededor de cuello y mangas y al frente un cuadro o rectángulo conocido en la zona como “rama”. Su peinado es entorchado y luego se enreda en un eje imaginario a semejanza de los cachirules españoles. Se adorna con flores de su entorno como la rosa concha, gardenia o amarillita, así como una ramita de albahaca, se acompaña por dos o tres peinetas, un par de horquillas y se remata con un moño hecho con los retazos de tela.
Sus accesorios son collares de muchos colores siendo los tradicionales a base de coral rojo, ámbar y azabache, aretes de guindar y anillos. No usa rebozo, solo ata al cuello su “payu” (paliacate pañuelo) terciado a la espalda que le sirve para cubrirse del sol. Su ch’icnac (delantal) bordado en punto atrás y tallo, le funcionaba en ocasiones como itacate.
Por su parte los hombres portaban una camisa de manga larga en tela de algodón con tres bonotes al frente, paliacate rojo atado al cuello y pantalón recto en color blanco, café, azul o negro.
Estas vestimentas se vieron modificadas con el paso del tiempo como ejemplo podemos mencionar en la época colonial cuando los sacerdotes prohibieron que las mujeres salieran con sus pechos descubiertos, pero es el garridismo la época más difícil ya que se sometió a los indígenas a drásticos cambios como abandonar su lengua y se prohibió el uso de ropa tradicional al grado que quien desobedeciera seria golpeado o encarcelado. Esto denoto que dichas prendas fueran cayendo en el olvido y hoy en día visten ropa de corte mestizo.
Existen aún más vestuarios interesantes por describir sin embargo considero estos los más representativos de la etnia. En su momento ampliaremos más este tema.
Bibliografía Sugerida: