En su cuarto informe de gobierno de septiembre de 1950, Franciisco J. Santamaría señala que se iniciaron los trabajos, previa planificación y proyecto, de la construcción de este parque que llenaría una urgente necesidad social.
El terreno escogido se encuentra ubicado entre las calles Marcos Díaz y el entonces boulevard “ Gil y Sáenz” (hoy Paseo Tabasco), que era amplio y arbolado. El parque tenía una superficie de una hectárea aproximada mente.
Para acotarlo levantaron muros y pilares, empotrando en todo su perímetro alambre galvanizado con una malla de 2 x 2 pulgadas y 1.50 de altura, que se pidió a la Compañía General de Comercio en Mérida, Yuc., y tenía una longitud de 450 metros lineales y su costo fue de $ 6,750.00, sin incluir transporte.
Se pidieron aparatos de gimnasio a la ciudad de México, conun costo de $ 18,870.00.
En el interior del parque se construyó una guardería con servicios y lugares cómodos, donde pudieran descansar las personas mayores que llevaran niños.
Se construyó así mismo una pista especial para juegos de patines, y en los alrededores se colocaron puestos de dulces y refrescos higiénicos buscando que el parque reuniera las condiciones necesarias, para que sin peligros y en un medio higiénico, la niñez pudiera tener un sano esparcimiento, benéfico para su desarrollo físico y espiritual.
El día 6 de enero de 1951 y como regalo del Gobierno a la niñez tabasqueña, fue inaugurado el Parque infantil ««Manuel Mestre Ghigliazza»»
La creación de este Parque vino a llenar una necesidad que reclamaba la ciudad de Villahermosa hacía mucho. Su inauguración fue un acontecimiento.
En su quinto informe de gobierno del 16 de septiembre de 1951, Fco. J. Santamaría describe el parque:
«El parque ubicado entre las calles Marcos Díaz y Bulevar Gil y Sáenz, comprendió una superficie de 10,000 metros cuadrados aproximadamente, con el perímetro con tela de alambre galvanizado de 1.50 metros de altura y malla de 2×2 pulgadas, empotradas en columnas de concreto reforzado y agarrada en la parte superior con dos angulares de acero para evitar su embolsamiento, dejando cuatro claros de acceso de 3 metros cada uno, puertas de lámina de hierro en combinación con la tela de alambre, corredizas sobre carriles formados de angulares, para su cierre nocturno.
Con el fin de tener una superficie nivelada y cómoda para el juego de los niños, se hicieron fuertes movimientos de tierra con el equipo mecánico del Gobierno, la que una vez consolidada, se cubrió con alfombrilla, cuidando con esmero no dañar los árboles existentes alrededor de los cuales se formaron arriates especiales con piedras traídas del Rio de Teapa, y colocando bancas bajo las frondas que sirven de reposo a las personas mayores a cuyo cuidado van confiados los niños asistentes.
Se construyó además una guardería circundada de corredores en los que se proporciona también sombra y des canso, aparte de la protección contra las lluvias intempestivas, muy comunes en estas latitudes, dotándosele de los ser vicios sanitarios indispensables y de los de emergencia, agua, luz, teléfono, botiquines, etc., atendido todo por personal competente que vigila, cuida y hace limpieza.
La pista de patinar se localizó en una de las esquinas del parque, y tiene 30 metros de largo por 15 de ancho, a 1.50 mts. aproximadamente bajo el nivel general del parque, circundada con muros de atención y un acceso de escalinatas. La superficie de patinar, que consta de 450 metros cuadra dos, es de cemento bien pulido y tiene los drenajes necesarios para desalojar por gravedad las aguas pluviales.
Se instalaron los más modernos aparatos de gimnasia: Combinación Atlética Universal, Carrouseles Salud, Ola de Mar, Volantines, Toboganes diversos, Columpios, Escalera Horizontal, Sube y Baja y Aparato de Barras Paralelas Fijas, además de los juegos regionales consistentes en Cucañas, “ Trapiches” y “ Palo Ensebado” .
Se hizo instalación eléctrica interior y se colocaron cuatro arbotantes de concreto reforzado en la calle de nueva creación, que se dejó entre el parque y la Escuela “ Simón Sarlat” , en construcción.
El costo de esta obra fue de $186,853.32 pesos.
En su frente ochavado lucía un delgado arco que servía para señalar el acceso. El Monumento a la Madre fue colocado en un pedestal cuadrangular.
La guardería con los años se abandonó y se convirtió en una lúgubre casona con muros deslavados.
En 1972, se construyó cambió su nombre a»Manuel Mestre Ghigliazza» y se remodeló para tener un espacioso centro de diversión y recreo para los niños tabasqueños. Los juegos infantiles se elaboraron a base de troncos de madera que, al poco tiempo, quedaron inservibles ante la inclemencia del clima.
Finalmente se remodeló con la imagen romántica afrancesada que hasta hoy presenta; sobresale en este espacio urbano una fuente con la escultura de bronce de “Neptuno”, una copia de gran calidad del original ubicado en la Alameda Central, en la Ciudad de México.
Comenzando el siglo XXI en este lugar se ubicó el “Chocofeller Center”, luciendo una pista de patinaje sobre hielo durante la época decembrina. Al parque “Manuel Mestre Gigliazza” se le llamó «Parque de los Abuelos», ya que se adaptó con aparatos para ejercicios adaptados para adultos mayores y área de juegos infantiles que tuvieron una inversión cercana a los 7.5 millones de pesos.
Fuentes: