Landy Patricia Aguilar Palafox
#DeTabascoSoy
El club Buganvilia organizó el primer «Baile de Embajadoras» que era la Cena de Embajadoras, el 31 de julio de 1953 en el Café del Portal, donde resulta electa reina Mireya Ruiz Quero de Cunduacán; la presidenta Kety Hernández con su entusiasmo y esfuerzo logró realizar esta primera «la cena y el baile» con un costo y cuya recaudación de fondos tenía fines benéficos.
En 1955 era entonces gobernador del Estado el General Miguel Orrico de los Llanos y el club le pidió al gobernador y a su esposa la señora Margarita C. de Orrico, les permitieran utilizar la Quinta Grijalva, la casa oficial, para realizar este festejo; la intención fue invitar a una joven de cada municipio y cada socia del club alojó en su casa a una de las participantes. Los asistentes fueron vestidos con elegancia y distinción. Es una noche del mes de octubre de 1955, siendo la ganadora Eloísa Solórzano González. Miguel Orrico de los Llanos entusiasmado con el evento, decide retomar las ferias a inicios de 1956 y decide que la primera Flor más Bella de Tabasco de tiempos modernos de la exposición sea la señorita Eloísa Solórzano González.
La elección se hizo por aplausos, cada una concursó con un vestido elaborado por la modista de su preferencia, que en aquel tiempo abundaban como: Bertha Hubner de Cortes, Estelita Oropeza de Carrillo, Daysi Ruíz de Gutiérrez, Socorrito Priego de Rovirosa, Carmen y Vicenta Gasea Pérez, y otras que lamento no recordar, Abundaren los vestidos largos de belleza espectacular, también cada concursante escogió para su atuendo el color que más la favorecía, así que fue un derroche de colorido.
Los bailes de elección de la Flor se llevan al salón central del parque Tabasco (hoy Tomás Garrido) en donde había una capacidad más grande de personas y se preservó el baile, la formalidad en los atuendos y el respeto. Era un baile elegante con ambiente sano. Posteriormente el evento se trasladó al Centro de Convenciones de Tabasco 2000, donde todavía conservó que los caballeros fueran de traje guayabera y las damas de vestido cóctel o largo.
Es en el sexenio de 2002-2006, Carlos Madrazo cadena propone meter gradas al Centro de Convenciones para que cupiera más gente de municipios en la elección de la Flor Tabasco y el cambio de realiza. Lamentablemente en esas gradas los municipios ubicaron porras con personas que llegaban en chanclas, short, con el fin no de disfrutar el evento sanamente sino desenfrenadamente “divertirse”; en ocasiones entraban ya alcoholizadas o bien, adentro se les vendía alcohol sin control provocando un gran desorden, insultos, empujones, agresiones a las embajadoras llegando al grado de arrojarles objetos y se desataban batallas campales.
En el sexenio de 2012-2018 el evento de elección de la Flor se vuelve una anarquía al permitirse que la gente llegara vestida como quisiera o disfrazados; se cometieron excesos en donde algunas personas identificadas con un género, bajo influjos de alcohol hacían desfiguros, iniciaban peleas, haciendo que un evento que había tenido por décadas un gran prestigio, se degradara.
La siguiente administración, 2018-2024, elimina estas gradas y restaura el orden perdido, retomando un ambiente más seguro con menos excesos al interior.
Actualmente el evento sigue realizándose en un poco cuidado Centro de Convenciones, del cual en esta elección 2025, se desprendieron pequeños fragmentos del techo en el área de mesas de Jonuta y hubo situaciones lamentables control en los accesos al permitirse el ingreso a personas del municipio de Nacajuca sin lugar mesas y que permanecieron de pie durante la elección, así como reparto de dinero a la mano a integrantes de las porras. Estas situaciones deberían sancionarse y aplicar multa a los municipios.
Tenemos mucho que trabajar culturizando a las personas elegidas para comité organizador si deseamos no se extinga completamente la esencia de esta fiesta destrozada por desconocedores de nuestro pasado e historia.
Fuentes:
(1) Matus de Sumohano, Edith V. (1984) Lo que el tiempo quiere olvidar, Tabasco.pp. 320-321.
(2) Torruco Saravia, G. (1992). Villahermosa nuestra ciudad, Tomo III, 1928-1934. Tabasco. H. Ayto. C. de Centro. pp. 870, 875, 888-889. 990.