Durante 15 años, la Biblioteca Pública «José Martí», estuvo bajo la responsabilidad del gobierno estatal. Al decretarse su incorporación al patrimonio universitario en 1959, la ciudad de Villahermosa perdió la biblioteca pública de más larga vida hasta entonces.
En 1966, durante la administración de Manuel R. Mora se destinó el presupuesto para la construcción del edificio sede de la nueva biblioteca. Se adquirieron predios para la ejecución de obras. Estaban ubicados entre las calles de Vicente Guerrero, la Plazuela Pasteur (hoy estacionamiento de Plaza de Armas) y las calles de Vázquez, Norte y Sur.
El inmueble fue diseñado especialmente para biblioteca, constaba de sala de lectura, cafetería, oficinas, cocina, bodega, un mirador, microfilmadora, servicios higiénicos, sala de exposiciones y acervo, jardines y fuentes.
Fue inaugurada el 20 de noviembre de 1969, en una sencilla ceremonia presidida por el gobernador Manuel R. Mora, recibiendo el nombre de «Biblioteca Pública del Estado». Su acervo ascendió entonces a poco más de 5 mil volúmenes.
Su primer director fue el periodista Pepe Bulnes.
La Unión Nacional de Productores de Cacao y la Embajada de los Estados Unido donaron.
La primera, constaría de la colección de «Obras Inmortales», compuesta por 22 volúmenes. El presidente de la Unión, el señor Julián Murillo, informó que eligieron esos libros por tratarse de obras valiosas. La colección obsequiada por medio del cónsul William J. Williams, incluía textos sobre economía, sociología, agricultura, arte y filosofía.
Posteriormente fue director de la biblioteca el poeta José María Bastar Sasso, quien en 1972, recibió una dotación de 400 libros proporcionados por el gobierno estatal a cargo de Mario Trujillo García. Los libros, editados por la Universidad Nacional Autónoma de México. En noviembre de 1973, la biblioteca expuso en una de sus salas la obra del pintor Férido Hernández Castillo y sus alumnos.
Las edades de los usuarios iban entre los 15 y 25 años; el horario de servicio era de 9 a 13 horas y de 17 a 20 horas de lunes a viernes.
Para 1974 el acervo ascendía a 6 mil volúmenes aproximadamente.
En junio de 1975 la «Biblioteca Pública del Estado» tiene como director al bibliotecario Pablo Ardines Revilla. La falta de dinero impedía poder tener un mayor acervo.
La biblioteca tenía una pequeña hemeroteca de diarios locales desde 1969, y uno nacional, el Excélsior, a partir de 1972. La escasez de dinero también dificultaba la compra de diarios y revistas, y los editores de éstos en Tabasco no los hacían llegar regularmente a la biblioteca.
A pesar de contar con un edificio construido ex profeso y con problemas económicos para cumplir sus objetivos, a mediados de 1980 fue demolido. Su acervo, guardado en cajas, fue trasladado a la planta baja del Palacio de Gobierno por un tiempo y después trasladado al edificio desalojado por la oficina del Catastro, en la calle Hidalgo del centro, en el mismo edificio en que en 1955 albergó a la biblioteca «José Martí’.
En 1982, un año después de la desaparición de esta biblioteca, acondicionó un edificio en la avenida Madero, donde se ubicaba el palacio Municipal frente al parque Juárez. La nueva biblioteca estaba en funciones a principios de 1983 y recibió el nombre de «Manuel R. Mora».
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