El gobernador Francisco J. Santa María ofreció al obispo Del Valle regresarle el solar de la antigua Catedral para, construir una nueva, pero él no aceptó por no herir sentimientos de nadie destruyendo el único local deportivo que había entonces en Villahermosa, y porque le parecía reducido y mal situado teniendo en cuenta el previsible crecimiento de la ciudad.
Adquirió el terreno que ocupa la actual construcción en 1944, ahí se construyó un templo improvisado de madera y palma conocido como el “el jacalito” y se le dio el título de Templo del Señor de Tabasco como Catedral provisional.
El título de Señor de Tabasco es dado a una imagen, de Cristo nazareno correspondiente al «Ecce Homo» (He aquí al Hombre), palabras dichas por Pilato al presentar a Cristo después de la flagelación ante los judíos. La devoción a esta imagen y título de Cristo Señor ge Tabasco debería simbolizar la nueva época: Cristo triunfaría en Tabasco.
Monseñor José de Jesús del Valle y Navarro decide hacer traer desde Toluca, Estado de México una escultura de Nuestro Señor Jesucristo Divino Preso o Ecce Homo el cual fue nombrado bajo el título de Cristo Rey Señor de Tabasco.
Transcribo párrafos del libro “Apuntes para a historia de la Catedral de Tabasco” del Presbítero pablo E. Barba donde narra cómo se inició la construcción de la Catedral de Villahermosa:
“La imagen del Señor de Tabasco arribó a Villahermosa en el paso de los Macuilís, el 4 de abril de 1944, martes santo y transportaron la imagen a la catedral ubicada ya en 27 de Febrero esquina Paseo Tabasco.
Se organizó el culto en tomo a dicha devoción: peregrinaciones de todos los templos de la ciudad y los municipios, enramas, cohetes, misas, rosarios, predicaciones y cantos. En todo había que mencionar al milagroso Señor de Tabasco.
El domingo de la fiesta del Buen Pastor de 1948, un incendio destruyó el ’jacalito», dando lugar al galerón en forma de “L” de asbesto que durante 42 año más se llamó Catedral del Señor de Tabasco.
El 25 de marzo de 1960 visitó el delegado apostólico Luigi Raimondi. Llegó estrenando la carretera a Coatzacoalcos aún en terrecería y con pangas en los ríos. Un grupo de sacerdotes y periodistas fueron a recibirlo al río Tonalá, límite entre Veracruz y Tabasco. El famoso periodista Trinidad Malpica hizo la reseña del acontecimiento. En esa visita se colocó la primera piedra de la nueva Catedral de Tabasco.
Carlos Pellicer presentó una maqueta de proyecto para la futura Catedral. Era una estructura rectangular, algo parecida al antiguo Palacio Municipal frente al parque Juárez, con vegetación colgando de las paredes y coronado el edificio con estatuas de santos.
El mismo poeta ofreció donar una colección de pinturas para financiar la construcción. Hubo alabanzas al proyecto del mismo obispo y del delegado apostólico, pero era evidente, el pueblo estaba ansioso de torres, de tener algo parecido a las grandes catedrales coloniales de la república.
Pocos días después desapareció la maqueta del obispado y el señor obispo declaró en una junta con sacerdotes que no «vendería» su opinión ni el gusto del pueblo por ninguna colección de pinturas ni por cualquier otra promesa de ayuda.
Antes de venir a Tabasco, el señor obispo había construido un gran santuario a Nuestra Señora de San Juan de los Lagos en el pueblecito de Tlalpujahuilla, Michoacán, obra en la que se habían formado decenas de albañiles, cantores y sacristanes.
El año de 1958 vino de allá el maestro Gregorio Mendoza para construir la parroquia de San Marcos en Paraíso, sería como un ensayo para luego construir la gran obra de la Catedral. Al mismo tiempo que se construía en Paraíso, dirigía las iglesias; de Cárdenas, Nacajuca, Teapa, Santuario de Guadalupe y otras. Este maestro no estudió más que tercer año de primaria, además, tenía amputado un pie hasta la rodilla, pero era tal su dedicación que llegó a conocer todos los secretos del arte arquitectónico colonial; dibujaba correctamente sus proyectos y dirigía a todos los trabajadores desde el último peón hasta los mejores maestros.
La primera piedra la colocó el Obispo José del Valle el 25 de marzo de 1960.
Finalmente se comenzó la construcción pe la Catedral el 18 de marzo de 1963. El maestro Goyo al frente de una cuadrilla de más de 50 trabajadores desarrolló toda su capacidad. Muchos de ellos vinieron de Michoacán, los demás, casi todos, eran del rumbo de La Isla: Santa Isabel. Buena Vista, Río Viejo, etc.; todos vivían en Barracas en, terrenos de la construcción. Se levantaban a las 5 de la mañana, oían y cantaban en la primera misa, luego tomaban un café en compañía del señor Obispo, antes de emprender la jomada.
La gente humilde fue la que se interesó. Las mujeres piadosas pedían en las puertas de las iglesias: «…una limosna para la Catedral del Señor de Tabasco…».
Ricos y pobres daban lo mismo: unas moneditas, pero la obra caminaba. Se puso una cuota a las parroquias:
Los arquitectos e ingenieros mal disimulaban su disgusto y corrían las críticas: ¿cómo va a ser que un maestro albañil dirija la mayor obra religiosa de Tabasco?, ¿por qué una construcción colonial en una ciudad moderna?, ¡Se va a caer! El señor obispo repetía sus famosas frases: «maldito el hombre que en el hombre espera», «para construir un templo hay que tener presentes tres cosas: corazón a Dios, ojo al peso y lomo tieso».
La construcción no es más que una copia de la Basílica de San Juan de los Lagos en Jalisco, pero eso sí, un metro más alta (75 metros), para que Tabasco pudiera salir triunfante en algo.
Siendo copia, no deja de tener sus méritos y es el asombro de propios y extraños. Comisas, columnas, esquineros y los principales adornos están hechos de cemento colado semejando piedra; los entrepaños son paredes de ladrillo, recubiertos de polvo de cantera, traído de Tlalpujahuilla, Michoacán, en cuadros de diferentes colores, también simulando ser trozos de piedra.
Se comenzó con la fachada y las torres por ser lo más difícil, lo demás: «cualquier tonto lo haría”.
Sin embargo, la, fortaleza del señor obispo iba declinando rápidamente. Con frecuencia se hacía subir hasta lo más alto de la construcción en un malacate, o en brazos de un trabajador fortachón: el «Sansón». Logró ver terminada sólo una torre, la otra estaba a la mitad cuando empeoró su salud.
Tuvo un infarto y al recobrar el conocimiento haciendo gala de su gran sentido del humor preguntó «¿qué fue, niño o niña?». Al día siguiente repitió el infarto y murió el domingo 18 de septiembre de 1966 estando en uso de su facultades mentales y habiendo recibido los últimos sacramentos.”
Aquí concluye la transcripción del libro del Pbro. Pablo E. Barba González que hizo un gran trabajo rescatando toda esta historia.
La construcción de sus dos altas torres de la catedral concluyó a finales de los 80’s. Cada una de 80 metros de altura, siendo así, la segunda catedral más alta de México después de Santuario Guadalupano (107,5 mts.) en Hidalgo.
El jacalito permaneció como Catedral hasta 1989, año en que demolió para habilitar una plaza y abrir el edificio de la Catedral. El 11 de mayo de 1990 es consagrada y bendecida la Diócesis y la Catedral de Tabasco por el papa Juan Pablo II durante su visita a la entidad.
La catedral del Señor de Tabasco aún sigue sin poder terminarse de construir y sólo se encontraba edificado hasta 2018 el ario principal.
Existe un proyecto completo para terminarla pero aún no ha podido ser concretado por diversos factores.
Fuentes: