Nació en Emiliano Zapata, Tabasco. Político, escritor, diplomático y maestro. Es licenciado en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México; cuenta con una maestría en Evaluación para la Calidad Educativa por el Colegio de Puebla y es profesor normalista, por la Benemérita Escuela Nacional de Maestros.
Militó desde joven en el PRI. Fue Subsecretario de Organización Agraria de la Secretaría de la Reforma Agraria en 1985 y designado embajador de México en Colombia; también fue representante de México ante las Naciones Unidas. Fue Secretario de Gobierno en la administración de Roberto Madrazo Pintado.
Cuando Roberto Madrazo busca de la candidatura presidencial del PRI en 1999, solicita licencia para ausentarse del cargo y Víctor Manuel Barceló es designado como Gobernador interino el 14 de junio de ese año. Durante su gestión supervisar las acciones y trabajos para resolver los problemas de inundaciones provocadas por el desfogue de la presa Peñitas en 1999, que incrementó el nivel de los ríos Mezcalapa, Samaria y Carrizal, inundando gran parte de la planicie tabasqueña, incluyendo la ciudad de Villahermosa.
Al ser derrotado Roberto Madrazo por Francisco Labastida Ochoa en la elección interna, regresa para concluir su mandato constitucional en diciembre de 1999. Se suscitó un conflicto entre el y Roberto Madrazo, finalmente, Barceló aceptó una invitación del presidente Ernesto Zedillo para ocupar la dirección de CAPECE del gobierno federal, dejando la gubernatura del estado.
En 2019 es nombrad0 Embajador de México ante la República Oriental del Uruguay. Representante Permanente de México ante la Asociación Latinoamericana de Integración.
CARGOS PÚBLICOS
AUTOR DE LOS LIBROS
CATEDRÁTICO E INVESTIGADOR
Juárez (Canto colectivo a una voz)
Fragmento III
Supiste, ser realista.
Tus metas, -lejanas y bellas,
eran lejanas, pero no imposibles;
jamás quedaron en la duda tus certezas.
El poder de tu convicción:
“La democracia es el destino de la humanidad
futura;
la libertad su indestructible arma,
la perfección posible, el fin donde se dirige”.
Creaste,
de tu experiencia diaria, del dolor constante,
de la sangre vertida,
de la muerte y de la vida;
un concepto claro del enemigo común,
de sus hechos a vencer, de la adversidad destruible:
el oscurantismo, el privilegio, la corrupción,
la amenazante doctrina de dominación extranjera;
la miseria ¡Señor!,
la ignorancia provocada,
las injusticias con tu pueblo
sufridas en carne propia.
Le cubriste,
con el manto civilista de la Ley
para la Administración de la Justicia:
suprimidora de fueros,
redentora de la grey, presionada por los diezmos y primicias
del poder, omnímodo de la fuerza militar
sobre el pueblo civil.
Ni protestas airadas, ni pastorales anatematizantes,
detuvieron tu decisión:
“redoblad vuestros esfuerzos
a fin de poner término a la anarquía”.