En Teapa a mediaos del S XX se construyó un puente para facilitar su acceso, que debía soportar duplicada la máxima altura y la máxima fuerza de la corriente del río.
Dos ingenieros, uno apellidado Lira y el otro Sandoval, estuvieron dirigiendo la construcción del puente, y al meter una de las bases algunos trabajadores objetaron ya que aseguraban que eso estaba mal; los encargados de la obra les respondieron que ellos estaban para echar para echar cemento y no para dirigir obras que no conocían.
El periódico “El Hijo del Garabato”, escribió en diversas ocasiones de la ligereza con que se estaban construyendo las obras y de la mala idea de utilizar la arboleda derribada en los terraplenes para la vía férrea como soporte.
El puente cayó por una tromba el 3 de noviembre de 1951. Las aguas empezaron a subir a las 5 de la mañana con los torrenciales aguaceros. A las 8 de la mañana los pilares no aguantaron la presión y se derrumbaron; habló de una tremenda catástrofe que provocó ganado y cadáveres arrastrados por las aguas, corrientes que derribaron casas. Sin embargo, la realidad fue que el realizar la obra con celeridad y malos materiales provocaron su caída.
La carretera fue invadida por el agua en los kilómetros 47, 50, 51 y 54 y hubo deslaves. Las autoridades prestaron auxilios a campesinos que buscaban escapar de la zona.
Fuentes: