La leyenda de Kantepec
La leyenda de Kantepec por el Lic. José Francisco Jiménez Reyes,
La leyenda de Kantepec, yokot'an
25928
wp-singular,page-template-default,page,page-id-25928,wp-theme-bridge,theme-bridge,bridge-core-3.1.3,woocommerce-no-js,qode-page-transition-enabled,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,columns-3,qode-theme-ver-30.2,qode-theme-bridge,wpb-js-composer js-comp-ver-7.4,vc_responsive

LA LEYENDA DE KANTEPEC

Por: Lic. José Francisco Jiménez Reyes   
email: frajr3@hotmail.com

Cuenta antiguas historias de Tamulté de las sabanas que hace mucho tiempo cuando ellos se dedicaban a la recolección y la pesca apareció en medio de una fuerte tormenta un hombre de gran estatura vestido con túnica blanca y les dijo:

– Hijos míos, yo soy Kantepec su dios, y les he traído un regalo para ustedes y sus hijos.

Les hizo llevar canastos ante el en los cuales deposito granos de maíz de distintos colores y les solicito los guardaran hasta que el señalara cuando y como se habría de sembrar, pero a cambio llevarían una ofrenda con todo lo cosechado.

Kantepec era deidad del viento, el rayo, el agua y de la siembra, dueño de las plantas y los animales. Se cuenta que siempre estaba acompañado por un perro. Habitaba en el bosque, la parte más alta de la comunidad en que había una cueva o t ́nuk yinik, hasta allí se presentaban las ofrendas y primicias las cuales se hacían en tres momentos del año, la primera para rogar su ayuda para que sus animales dejaran de dañar las siembras, la segunda en solicitud de las lluvias y la tercera era la entrega de las cosechas en la cual se recolectaban frutos que eran posteriormente cocidos y se elaboraban diversos tamales con carne, pescado o frijol, en vueltos en hoja de plátano y maíz, bebidas como el chorote, atole, pozol de espiga y muchos dulces a base de maíz, cacao y miel de abeja.

Dicha ofrenda salía desde el centro de la comunidad al atardecer y se llevaba hasta lo alto del bosque acompañada por música de flauta y tambores, al llegar se presentaban las danzas del kojob y el tigre (prohibida en 1631). Se dice que en esta fiesta de la cosecha se hacía un llamado a los muertos para que convivieran con la comunidad.

Un día Kantepec se puso de pie y les anunció que se iría del lugar pues llegarían otros dioses y dejarían de creer en él, no sin antes recomendarles siguieran unidos para enfrentar todo lo que vendría.

Tiempo después llegaron a estas tierras los españoles y con ellos trajeron la religión católica. Los franciscanos no prohibieron la fiesta de la cosecha sin embargo esta ya no sería en honor a Kantepec si no a San Francisco de Asís.

Hoy en día Tamulté de las sabanas vive sus fiestas tradicionales o “Maromo” símbolo de identidad la zona yokot’an de Centro del 26 de septiembre al 4 de octubre de cada año.

 

Bibliografía Sugerida

  1. Hipólito, E.  y Vásquez, M.A. (1991) “Antiguas historias sagradas y ceremonias de los chontales de Tamulté de las Sabanas, Tabasco, México”, Oralidad. Anuario para el rescate de la tradición oral de América Latina y el Caribe, Oficina Regional de Cultura de la UNESCO para América Latina y el Caribe, pp. 65-68.
  2. Navarrete, C. (1971). Prohibición de la Danza del Tigre en Tamulté, Tabasco en 1631, Tlalocan: Revista de Fuentes para el Conocimiento de las Culturas Indígenas de México, vol.  VI, núm. 4, pp. 374-376
  3. Rivera, L. (1989). Leyendas de Tamulté de las Sabanas. Cultura Sur, año 1, vol. 1, núm. 2, julio-agosto, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Programa Cultural de las Fronteras, pp. 25-28.
  4. Rubio, M. A. (2002). El culto a Kantepec en la comunidad maya – chontal de Tamulté de las Sabanas. Antropología. Revista Interdisciplinaria Del INAH, (66), 96–103.
  5. Van, L. (1995). La tradición oral de los yokoyinik‘ob de Tamulté: costumbres, creencias, cuentos y continuidad (Tesis de Maestría). Universidad de Leiden.